El sueño inglés
En la historia del madrileño Juan Zelada aparecen Paul McCartney, Amy Winehouse y, de rebote, hasta Julio Iglesias. Su 'soul' amable ha conquistado a la BBC y al mítico sello Decca, que editará su disco en enero
"Mis hermanos mayores me llamaban en broma Little Hitler, porque de pequeñito ya iba de marimandón en la banda que compartíamos. Se veía que la música era para ellos un pasatiempo. Para mí, en cambio, era una obsesión". Juan Zelada (Madrid, 1981) suena feliz cuando habla de esa obsesión que le llevó a buscarse la vida en Londres hace cinco años y le ha empujado hasta firmar hace semanas por Decca (Universal), casa de Paul Simon, Jamie Cullum o Imelda May, y mítica etiqueta en la que, por ejemplo, comenzaron The Rolling Stones. ¿El trampolín? Dos singles elegidos disco de la semana en la Radio 2 de la BBC durante 2011. "Supone que a lo largo de un mes suene tu canción 20 o 30 veces a la semana. Según me dijeron en la emisora, no ocurría con un español desde tiempos de Julio Iglesias".Hablamos de un músico que en el segundo de dichos sencillos, The blues remain, practica un cruce amable entre soul y pop, cantado en inglés y con énfasis en el piano. En el vídeo hasta se levanta del taburete como un Jerry Lee Lewis sin instinto asesino. "La primera canción que toqué en casa fue su Great balls of fire, siempre de oído, aporreando las teclas. Y es verdad que admiro a pianistas como Ray Charles o Billy Joel". Zelada conversa en la mañana siguiente a un bolo en Newcastle. Está de gira por su país de residencia. Y desentraña sus orígenes anglófilos: "Con nueve años nos instalamos en Hong Kong por un trabajo de mi padre. Y a esa edad fue fácil hacerse con el inglés. Luego nos mudamos a Londres". De vuelta a Madrid y tras años cursando Comunicación Audiovisual intervino la providencia: una beca de la AIE (Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes) para estudiar en el LIPA, la escuela de artes construida en Liverpool por Paul McCartney. "Recibí de su mano un diploma por un concurso que gané junto a unos noruegos. Tocaba con ellos en garitos". A pesar de poder actuar en The Cavern, el santuario de The Beatles ("se me ponía la carne de gallina"), a Zelada le costó decir adiós a su vida madrileña: "Me encantaba ver en Huertas las jam sessions del Café Central o el Populart. Y asocio El Sol, la sala donde tocaremos este jueves, a bailes inconexos de madrugada a ritmo de soul". En 2007 fue el salto a la capital inglesa, de piano bar en piano bar, tocando también en restaurantes y cruceros. "Tres o cuatro por el Caribe: cientos de personas con peticiones. Te dan muchas tablas". Precisamente de uno de los trabajos a sueldo, acompañar al soulman Bryn Christopher, surgió su actual banda, compuesta por sus compañeros de entonces. "Congeniamos, y se puede decir que se los robé", admite entre risas. Con Christopher telonearon incluso a Amy Winehouse. "La gira se canceló a la mitad por sus problemas de salud. Recuerdo de ella una actuación desastrosa en Birmingham, insultando al público, y otra memorable al día siguiente en Glasgow, con su voz llenándolo todo". El cuento de hadas del músico madrileño pasa por la hostelería: el encargado de uno de los restaurantes con piano dejó el sector para convertirse en su mánager. "Me financió un EP con sus ahorros, y con la inversión de otra agencia, aprovechando precios reducidos, pudimos grabar en varios estudios como Abbey Road o Rockfield, una granja en Gales donde Queen registró Bohemian rhapsody". De las 16 canciones registradas en este último salió un segundo EP, editado por su representante, y la base para el álbum que Decca le publicará a finales de enero. A la BBC se le presentó un primer tema, Breakfast in Spitalfields, de melodía pegadiza y aires folk a lo Steve Forbert, que acaba convertido en disco de la semana a principios de julio pasado (The blues remain lo sería en octubre). Algo difícil para un artista sin sello: "No siempre ponen lo que quiere oír el oyente, a veces buscan un toque personal y presentan a gente nueva. He tenido la suerte de ser uno de esos".Al español le comparan con cantautores como Jack Johnson o Jason Mraz. ¿Peligro de sambenito buenrollista? "Ellos han caído en su propio cliché. Más allá de mis singles alegres, el resto de mi música tiene más jugo". ¿Y por qué Decca frente a otras ofertas más cuantiosas? "Primé el que no quieran transformarme. No sé si tengo vocación comercial, hago lo que me sale. A mi manera".
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