El euríbor cae a su mínimo desde marzo

El euríbor a un año recibió ayer con una suave bajada las decisiones del Banco Central Europeo (BCE) de bajar los tipos de interés del 1,25% al 1% y de facilitar a la banca abundante liquidez. El indicador se situó en el 2,012% frente al 2,034% del jueves. Esa pequeña bajada, sin embargo, fue suficiente para que el euríbor se situase en su nivel más bajo desde el 31 de marzo de este año.

El euríbor es el tipo de interés al que se prestan dinero los bancos entre sí a diferentes plazos y se calcula con las aportaciones de un amplio grupo de entidades financieras. El euríbor a un año es el principal indicador que se usa para el cálculo de las hipotecas a tipo variable. El índice del euríbor hipotecario se construye mensualmente con la media aritmética de los datos diarios del euríbor a un año de un mes dado.

Este indicador cerró noviembre a la baja con una media mensual del 2,044%. Es pronto para hacer cábalas de cómo cerrará el dato del mes de diciembre. En todo caso, aunque se mantuviera en estos niveles cercanos al 2% y la media mensual fuera la más baja desde marzo, las hipotecas que se revisen anualmente con el dato de diciembre sufrirán un encarecimiento, pues en diciembre de 2010 el euríbor hipotecario se situó en el 1,52%.

Las revisiones de las hipotecas han venido siendo al alza desde agosto del año pasado, pero el ritmo de las subidas se ha moderado en los últimos meses. En principio, no cabe esperar rebajas en las cuotas de las hipotecas hasta las revisiones que se produzcan a partir de la primavera del año próximo.

Los inversores ya esperaban la bajada de tipos de interés decidida el jueves por el BCE, de modo que el impacto inicial de la medida fue escaso. De hecho, entre las entidades sigue habiendo una gran desconfianza a prestarse entre sí y el mercado interbancario no está funcionando con normalidad. Las facilidades para dar liquidez ilimitada a las entidades con préstamos a tres años y menores exigencias de garantías y algunas medidas de carácter técnico decididas el jueves por el BCE tratan de facilitar la apertura del grifo del crédito a familias y empresas, pero también pretenden reanimar el mercado interbancario.