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"La Rioja atendería a mi madre si viene de Alemania, pero es de Oyón"

Una mujer pasa un mes ingresada en Vitoria a causa del conflicto sanitario

El conflicto sanitario entre Euskadi y La Rioja, que hoy se zanjará para volver a atender a los pacientes de la Rioja Alavesa desde la próxima semana, deja a su paso, después de tres meses, caras e historias que reflejan la verdadera realidad del conflicto. Así, por ejemplo, una familia residente en Oyón ha visto trastocada su vida porque la madre, de 76 años, lleva ya un mes ingresada en Vitoria. Meses atrás podía haber sido tratada en Logroño, a escasa "media hora andando" de su casa, según su hija mayor, Mari Luz Martínez.

La madre de José Antonio y Mari Luz Martínez fue una de las personas que se vio obligada a trasladarse a Vitoria después de que La Rioja diese orden de no admitir nuevos pacientes en la atención especializada. Sus pruebas fueron reprogramadas en Vitoria, en el Hospital Txagorritxu (el actual Hospital Universitario de Álava).

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Tras sentirse indispuesta, sus familiares la llevaron al Hospital de Leza (Álava), donde les recomendaron acudir a Vitoria porque en Logroño solo la estabilizarían y la enviarían de vuelta a la capital vasca para ser operada. La mujer ingresó en el hospital vitoriano el 2 de noviembre y allí permanece, más de un mes después, recuperándose de una operación que le ha sido practicada. Esta es la cronología que explican sus hijos.

Mari Luz pregunta: "¿Cuánto cuesta atender a los pacientes extranjeros, el turismo sanitario? Hay que atender a todo el mundo, si mi madre hubiese sido de Alemania y no de Oyón, en La Rioja la hubiesen atendido", reflexiona apenada. Ella, de 48 años, lleva semanas viajando desde Oyón hasta Vitoria en transporte público, un trayecto que dura cerca de dos horas y para el que tiene que pedir que le lleven a Logroño o a Laguardia porque no hay autobuses "ni directos ni que paren en Oyón" para viajar a Vitoria.

"Es curioso, no te quieren atender en Logroño, pero tienes que ir allí para coger el autobús y venir a Vitoria", apunta su hermano, José Antonio, comercial de una empresa de suministros industriales y padre de dos niños pequeños. El lehendakari planteó crear un servicio de transporte gratuito que no se ha puesto en marcha y Mari Luz asegura que en la Cuadrilla de la Rioja Alavesa se ha descartado adoptar una medida similar.

Las dificultades para acudir a la capital se reflejan en las cifras de pacientes que, rechazados en Logroño, fueron reprogramados por Osakidetza en Vitoria: el 25% descartó esta opción, según fuentes del Servicio vasco de Salud. Ambos hermanos recuerdan una noche, semanas atrás, en la que su madre, ya en Vitoria, tuvo una crisis de ansiedad. Desde el hospital les dieron el aviso, pero Mari Luz no pudo llegar allí hasta varias horas más tarde. Es la peor consecuencia de esta situación, a juicio de Mari Luz y José Antonio, la "sensación de soledad; en Logroño hubiésemos llegado en pocos minutos y mi madre hubiese recibido visitas, hubiese estado más cerca de su familia, de sus conocidos". Ella ha abandonado ya la idea de viajar a diario desde Oyón hasta Vitoria para pasar a vivir en la capital alavesa. Sin amigos o familiares allí y sin los recursos económicos suficientes para costearse un hotel, la solución ha sido el sofá cama de la habitación de hospital en la que se recupera su madre, recién salida de la Unidad de Cuidados Intensivos.

Aunque el conflicto sanitario se soluciona hoy -los pacientes serán atendidos a partir del jueves de la semana que viene en Logroño-, sus consecuencias tardarán en zanjarse. Esta familia seguirá en Vitoria, al menos, hasta navidades, calcula José Antonio, que rechaza que su madre sea trasladada a Logroño porque "ahora tiene a sus médicos aquí". Sí esperan su traslado a Leza, mucho más cerca de Oyón, para su recuperación.

Muy escépticos con los movimientos y las declaraciones de los cargos políticos, ambos hermanos no pierden el humor. "El problema se hubiese solucionado antes si Patxi López y Pedro Sanz hubiesen tenido que viajar a diario dos horas para ver a un familiar, preocupados por su salud, solos y comiendo bocadillos a diario", propone ella, apelando a la empatía de la que, según sostiene, han carecido los políticos. Mari Luz asegura, tras escuchar la noticia del preacuerdo alcanzado, que "no lo creeré hasta que lo vea".

Él, por su parte, subraya las consecuencias laborales del conflicto sanitario: "si yo no trabajara en la empresa de mi familia, estaría ya en la calle", porque la lejanía de Vitoria le ha hecho ausentarse muy a menudo. Otros muchos habitantes de la Rioja Alavesa han alertado de este riesgo durante las últimas semanas.

A pesar de las dificultades, hacia el personal sanitario de Txagorritxu -e incluso hacia las señoras de la limpieza- todo son palabras de gratitud. "El personal es encantador, son comprensivos", señala José Antonio, "han flexibilizado los horarios de la UCI para que podamos visitar a nuestra madre", ejemplifica agradecido. Y es que de todo lo negativo se puede sacar algo positivo.

Mari Luz y José Antonio Martínez, hijos de una mujer de Oyón hospitalizada desde hace un mes en Txagorritxu (Vitoria).
Mari Luz y José Antonio Martínez, hijos de una mujer de Oyón hospitalizada desde hace un mes en Txagorritxu (Vitoria).FRANCISCO ARROYO

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