Ciencia y caridad, equilibradas

Es loable el espíritu solidario que numerosas empresas, deportistas y gentes de bien tienen con los deficientes. Todo discapacitado tiene capacidades por descubrir y hay que encontrarlas. Numerosas ONG se dedican a ello muy eficazmente.

Otro tema es el apoyo a los eficientes, es decir, investigadores que podrían ayudar a evitar deficiencias o prevenirlas. El alcoholismo fetal es causa de miles de deficiencias incurables en 2011. Sería coherente aumentar la cultura del patrocinio de empresas, filántropos, grandes fortunas, universidades privadas ligadas a empresas, etcétera para apoyar a eficientes en prevención, formación e investigación y evitar éxodos de eficientes cualificados como estamos viviendo día a día.

Meditaba en estos temas cuando recordaba que para mi tesis doctoral destinada a la detección precoz de trastornos de desarrollo infantil que llevé a cabo en Barcelona durante varios años, no recibí ni un euro de ayuda. Y eran años de cierta alegría económica... Debí editarla de mi bolsillo, por supuesto. No estamos en un país serio. Nos falta el abecé de la cultura científica.

Aristóteles decía que en el término medio camina la virtud.

Comenzamos otro ciclo y pido que gobierne el sentido común. Y una mínima visión de futuro. Ciencia y caridad deben equilibrar la balanza.