Trabas para la economía de frontera
El peaje de la autopista A-44 genera protestas en España y Portugal - Los empresarios temen el impacto de esta medida, aprobada por el endeudado Gobierno luso
Las protestas se oyen a ambos lados del Guadiana, esa frontera natural que separa el sur de Portugal de España. El nuevo peaje en la A-44, conocida como Via Do Infante, entrará en funcionamiento el próximo jueves, en pleno puente de la Inmaculada. Las voces críticas con esta medida impuesta por el Gobierno luso dentro de su plan de ajustes temen los efectos económicos negativos que el nuevo y algo farragoso peaje puede tener en Huelva y en el Algarve.
José Vitorino, exalcalde de Faro, exdiputado y miembro de la asociación Ciudadãos com Faro no Coração (CFR), sostiene que la idea es letal para el Algarve: "Somos la región más periférica de Europa, junto con Andalucía, y esto nos condena, nos estrangula. Aquí no hay industria, ni casi agricultura, ni casi pesca, el 80% del PIB procede del turismo. Si el Gobierno mata la gallina, durante un tiempo habrá dinero, pero dentro de poco no habrá nada".
"El 80% del PIB del Algarve procede del turismo", alerta el exalcalde de Faro
En la otra orilla, el alcalde de Ayamonte (Huelva), el socialista Antonio Rodríguez Castillo, considera una "incongruencia" poner trabas a una zona enmarcada en la euroregión Andalucía-Algarve-Alentejo, donde "no debería haber fronteras a la cooperación".
El peaje cuenta con un elemento más para la polémica. Un mecanismo de pago electrónico que es percibido por el usuario como una enrevesada madeja. "El problema radica en que la gente no sabe cómo hacerlo", remarca Xoan Vázquez, presidente de la Red Ibérica de Entidades Transfronterizas. El usuario, al circular por cualquier vía de peaje, efectúa un pago mediante aparato electrónico sin necesidad de abonarlo en efectivo.
Los empresarios en Huelva temen que los resultados del peaje sean demoledores. Tienen como referencia el estudio elaborado por el colectivo en Galicia, donde el peaje "ha supuesto una disminución del 40% en el intercambio turístico y comercial", recuerda Rafael Ávila, secretario general de la Federación Onubense de Empresarios (FOE). El aeropuerto luso de Sa Carneiro, a 250 kilómetros de Vigo, "ha perdido 100.000 pasajeros gallegos", subraya Xoan Vázquez. El presidente del Patronato Provincial de Turismo de Huelva, Ignacio Caraballo, también está preocupado. Según datos del Patronato, alrededor de 300.000 turistas llegan a Andalucía desde Portugal, de los que 180.000 al año se quedan en Huelva. Muchos utilizan el aeropuerto de Faro que, al operar con compañías de bajo coste, facilita la llegada de turistas. A ello hay que sumar los 270.000 transportistas (teniendo en cuenta solo los vehículos pesados) que circulan al año por la A-22.
Pero, para entender esta medida hay que tener en cuenta el momento económico que atraviesa el país vecino. Fue el 13 de octubre cuando el Consejo de Ministros del conservador Pedro Passos Coelho, elegido en junio, examinó y aprobó el gravar con peaje determinadas redes de autopistas de Portugal, entre la que se encuentra la A-22. Ese mismo día, el diario portugués Público informaba de que el Gobierno luso, acuciado por la crisis y obsesionado por ahorrar y enjugar el déficit, no solo no dudaba de que la medida fuera acertada y conveniente, sino que también sopesaba gravar con peaje otras vías de acceso a Lisboa y Oporto. A la salida del Consejo de Ministros, un responsable político aseguró que se quiere sufragar el coste de las autopistas.
Portugal atraviesa una crisis económica galopante que amenaza con llevarse por delante los cimientos del país. En mayo -bajo el Gobierno del socialista José Sócrates- el país pidió 78.000 millones de euros al Banco Central Europeo, al Fondo Monetario Internacional y a la UE. Desde entonces, cada cierto tiempo, los responsables portugueses reciben la visita de representantes de estas tres instituciones que se encargan de velar por el futuro de su préstamo.
Esta semana, Portugal aprobó el presupuesto más duro y restrictivo de su reciente historia. Así lo calificó el ministro de Finanzas, Vítor Gaspar. Se recortará en educación, en sanidad, en defensa y en transportes. Los funcionarios verán cómo se esfuman las pagas extras de los próximos dos años y todos los trabajadores saldrán media hora más tarde, sin que eso revierta en su salario.
El afán ahorrativo del Gobierno no ha disuadido a los sectores contrarios a los peajes en Portugal de protestar por una medida que consideran injusta y contraproducente. La Comisión de Lucha contra los Peajes se dirigió al presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, para que vetara la ley en cuestión. El presidente estudió el asunto pero lo dejó estar. Francisco Almeida, miembro de esta comisión antipeajes, acusó después a Cavaco de haber faltado a su palabra de defender las políticas que defiendan el desarrollo del interior del país.
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