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PORTERA DE DÍA | PROTAGONISTAS
Columna
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Cena en Zarzuela

Luz Sánchez-Mellado

Mataría por ver la cena de Nochebuena en Zarzuela. O la comida de Navidad, o el brunch de Año Nuevo, o cuando quiera que se junte la Familia Real a celebrar las fiestas. Porque mira que es difícil cuadrar esas agendas de infarto. Los mayores con sus audiencias públicas y privadas, y los críos con sus colegios bilingües y sus custodias compartidas, están los pobres que no dan abasto. Hasta doña Sofía tuvo que cortar y pegar a sus nietos con Photoshop para reunir a los ocho en la misma foto y felicitarnos las Pascuas 2005, lo que no haga una abuela por su progenie no lo hace nadie. Vale que en todas las casas cuecen habas, pero este año, en palacio, aparte de la lombarda y el besugo, seguro que no falta el pollo, aunque Su Majestad la anfitriona sea vegetariana de toda la vida.

La cosa es que el yerno y la nuera reales salen en todas las portadas menos en la de ¡Hola!, el único coto rosa que aún no ha abierto la veda. Los dos están en los huesos, Iñaki por unas cosas y Letizia por otras. El terremoto de 5,6 en la escala Richter que sacudió Chile a su llegada no es nada comparado con el tsunami que ha levantado una foto de la princesa con un top de Felipe Varela que le deja los hombros al aire. La eterna polémica: que si está como un pajarito, o que si come como una lima pero lo quema enseguida, quién pillara ese metabolismo.

Lo de Iñaki es más peliagudo. Desde que se destapó lo del desvío de fondos públicos ha perdido casi tantos kilos como presuntamente se embolsó en su día. Las revistas lo muestran demacrado junto a una Cristina ojerosa en su residencia americana el día de Acción de Gracias mientras aquí le caían chuzos de punta por todas partes. Hasta los más monárquicos le están dando cera a base de bien, y no precisamente bendita. No sé por qué me viene a la cabeza la retirada de la figura de Marichalar del Museo de Ídem al poco del cese definitivo de la convivencia con Elena. Si finalmente imputan a Urdangarin habrá que tomar medidas dolorosas, escriben algunos cronistas. La realeza es muy suya para eso: los cónyuges de sus hijos son los padres de sus nietos, pero una vez disuelto el vínculo no se casan con nadie.

Por si fuera poco, el CIS ha suspendido a la monarquía por primera vez en la historia. Bueno, saca un 4,89, tampoco es para tanto: eso es un aprobado bajo para muchos chicos de la ESO. Eso sí, la Reina se multiplica por unos y otros. Ha asistido a cuatro eventos esta semana con otros tantos trajes de Margarita Nuez, la modista catalana debe de saberse el patrón regio de memoria. Al Rey se le ve más tocado. Tuvo la mala pata

de comerse una puerta, eso le puede pasar a cualquiera, y desde entonces aguanta el tipo con unas gafas rollo Caiga quien caiga. La Corona pierde peso, al menos en la báscula. Dicen que en Nochebuena le dan suelta al servicio para charlar a gusto. No creo que este año sea una juerga. Harán de tripas corazón por los niños, como hacemos todos en estas fechas. Sobre todo los abuelos. Parece que el yerno ideal ha salido rana. Ni los cuentos son ya lo que eran.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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