Nadie conoce a la princesa de Bollywood
Hay quien cifra su foto en un millón de dólares. La hija de los reyes del cine Aishwarya Rai y Abhishek Bachchan podría ser el símbolo de una nueva India
L a intérprete Aishwarya Rai -la mejor pagada de Bollywood, Miss Mundo 1994 y primera actriz india en ser jurado en Cannes en 2003- y el actor Abhishek Bachchan tuvieron el 16 de noviembre su primera hija tras cuatro años de matrimonio. Un bebé que pone la guinda a la tercera generación de la llamada primera familia de Bollywood, que lidera Amitabh, abuelo de la criatura y actor más legendario del país. Para situar al occidental profano, conseguir el autógrafo de este mito viviente del cine es lo que que obligó al niño protagonista de Slumdog millionarie a sumergirse en la letrina comunal en una de las escenas más recordadas de la película de Danny Boyle.
Rai, de 38 años, llevaba tiempo en tratamientos de fertilización in vitro, cuentan fuentes de la industria. Tras el parto, el padre anunció a través de Twitter que su deseo, anteriormente hecho público, se había cumplido: "¡Es una niña!". Un gesto que les ha granjeado cierta fama de héroes en la cruzada contra la discriminación de la mujer. Parte de India considera a las hijas "una carga para la familia, una mala inversión: se les tiene que alimentar, educar, para que al final se vayan a la casa del marido. También se considera que hay que cuidar su honor y pagar la dote para deshacerse de ellas", explica la directora del Centro de Investigaciones Sociales, Ranjana Kumari.
Los Bachchan se han negado a publicar ninguna imagen de cerca del bebé
"Fue muy buena publicidad para ellos decir públicamente que querían tener una hija, más incluso que haberla tenido", ironiza Sandip Roy, editor de Firstpost, una reconocida revista online. En su opinión, estas "buenas intenciones" no marcarán ninguna diferencia en la grave discriminación sexista que sufre el país: "Los ricos y famosos viven en otra realidad", explica.
La reina de Bollywood logró tener, como era su anhelo, un parto natural, algo que también se ha interpretado como un buen ejemplo para reducir las cesáreas. Rai se decidió para la exclusiva por una suite con spa particular en el quinto piso del hospital Seven Hills, de Mumbai, antes Bombay, ciudad donde se concentra la industria cinematográfica en el subcontinente. Para añadirle el punto de contradicción india a la escena, las enfermeras del hospital de lujo aprovecharon la presencia de los prestigiosos huéspedes para demandar, huelga de tres horas mediante, un aumento de sueldo.
Aunque del embarazo y del parto los medios de comunicación han hecho una "cobertura limitada". Con el fin de "respetar la privacidad de los Bachchan", la Asociación de Editores pactó unos códigos de conducta en los que, entre otras cosas, se comprometieron a esperar el anuncio oficial, no enviar cámaras al hospital y limitar las noticias de televisión a 90 segundos. Tampoco se hicieron muchas predicciones astrológicas, como era de esperar.
"No tengo muy claro si los medios les hubieran respetado tanto de no tratarse de peces tan gordos", opina el editor de Firstpost. Aunque en Internet circuló una foto que luego se confirmó como falsa: los Bachchan se han negado a publicar ninguna imagen de cerca del bebé, aunque el abuelo asegura que "se parece a Aishwarya". Medios locales apuntan que se ha puesto un precio a una sesión con ella que podría alcanzar el millón de dólares, pero los padres permanecen ajenos al ruido mediático.
Aunque Abhishek Bachchan, padre de la recién nacida, ha solicitado a sus 820.000 seguidores de Twitter sugerencias para el nombre de la pequeña: "Serán muy bienvenidas. Algo que empiece con A", la inicial de los nombres de los padres y abuelos. Hasta que encuentren el adecuado, la han apodado Beti B.
Babelia
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