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Una lección magistral de física

El Donostia International Physics Center organiza una reunión entre alumnos y dos premios Nobel - La cita pretendía "despertar vocaciones científicas"

"¿Qué descubrimiento científico marcó un antes y un después en la historia de la ciencia?" 43 alumnos de varios centros educativos vascos tutearon ayer a Claude Cohen-Tannoudji, a Albert Fert y a Juan Ignacio Cirac. Nada menos que dos nobeles de Física (en 1997 y en 2007) y un premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica (en 2006), respectivamente.

La cita, organizada por el Donostia International Physics Center y su presidente, Pedro Miguel Echenique, no buscaba otra cosa que "despertar vocaciones científicas" entre los jóvenes y demostrarles que números, fórmulas y teorías sirven, entre otras cosas, para solucionar los retos a los que se enfrenta la humanidad, como el hambre, la salud o el bienestar social.

Juan Ignacio Cirac, premio Príncipe de Asturias, fue el tercer físico invitado
Cohen-Tannoudji: "Mi filosofía es pensar que soy un estudiante"

La pregunta formulada por los alumnos obtuvo casi una respuesta unánime de los expertos. Cirac fue el primero en contestar y no dudó: "Newton, Einstein y Planck". "Newton porque planteó la ciencia en términos de leyes, a través de las cuales se puede predecir lo que ocurre. Einstein porque determinó que ninguna ley es cierta, que hay determinados supuestos en los que no se cumplen, como la teoría de la relatividad", argumentó. Y Planck, por defecto profesional, por ser el impulsor de la física cuántica, la especialidad del científico español.

Antes de que los estudiantes pudieran abordar a los tres físicos, la consejera de Educación, Isabel Celaá, inauguró la reunión, celebrada en el Kutxaespacio de la Ciencia de San Sebastián. Celaá aseguró que estaba allí para organizar una "leva", un reclutamiento de jóvenes científicos, porque la educación de calidad es la única garante del desarrollo social, explicó. Y parafraseando a Barack Obama, la formación es la base del desarrollo económico, añadió.

"El enlace químico fue necesario para entender la estructura de doble hélice del ADN que encierra cómo una generación transmite las características a las siguientes, que encierra el secreto de la vida", explicó Echenique. "Por eso, para mí, tener a tres grandes de la física cuántica, que es la gran revolución cultural del siglo XX, es un privilegio y un honor", continuó para ceder la palabra a los invitados y, por último, a los alumnos.

"¿Dentro del campo de la física, por qué eligió su especialidad?", se arrancaron los jóvenes, después de que la organización filtrase las preguntas formuladas de antemano y que varias manos inocentes fueran sacándolas una a una de unos botecitos. "Fue un profesor el que me convenció. Quizás porque tenía una vena poética, por la forma en la que hablaba de la física, de la luz", aseguró Fert. El físico, considerado el padre del disco duro de alta capacidad, relató su experiencia, de la que los alumnos pudieron concluir la necesidad de aprender a tener paciencia.

El científico francés explicó cómo, cuando tenía la misma edad que los adolescentes que abarrotaban el auditorio, se planteó estudiar letras. "Me gustaban las matemáticas, pero también la literatura, el arte en general. Pensaba que en el mundo de la ciencia no habría sitio para mí, que no iba a ser capaz de aportar nada. Al final, mis padres me empujaron a estudiar física", confesó. Luego, en 1988 sembró el germen de lo que años más tarde le catapultaría hasta el principal galardón científico del mundo. "Cuando estaba haciendo el doctorado descubrí algo nuevo. Llegué a un resultado muy modesto, pero que se convirtió en la base de la espintrónica", aclaró. Ese descubrimiento, la conocida como magnetorresistencia gigante, es lo que ha permitido a la industria informática la fabricación de discos duros de alta capacidad de almacenamiento.

Los alumnos, en cambio, se llevaron de Cohen-Tannoidji, una lección de humildad. Este científico contó a los estudiantes que procede de una familia sin muchos recursos, pero que siempre tuvo claro que "la educación era más importante que el poder o el dinero". De origen argelino, descubrió cómo se pueden atrapar y enfriar átomos con luz láser. Esta técnica, que ha permitido el descubrimiento de nuevos estados de la materia y tiene múltiples aplicaciones, le supuso ganar el Nobel.

"Mi filosofía es seguir pensando que soy un alumno, un estudiante. Es la única forma de progresar en la ciencia, porque solo sabemos y conocemos una parte muy pequeña del mundo, de la realidad", concluyó.

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