El PRI lava su imagen para las elecciones al precio de la dimisión de su presidente
Humberto Moreira deja de dirigir el partido mexicano por un caso de corrupción
El presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Humberto Moreira, envuelto en un fenomenal escándalo de corrupción durante su gestión como Gobernador del Estado de Coahuila (2005-2011), al norte del país, anunció ayer su renuncia al cargo. Su decisión supone un tremendo alivio para el candidato del PRI a la presidencia de México y favorito en las encuestas, Enrique Peña Nieto, a siete meses de las elecciones. Moreira dejó al Estado de Coahuila con una deuda de 34.000 millones de pesos (más de 2.000 millones de dólares) y se había convertido en el blanco de todas las críticas.
Humberto Moreira había repetido insistentemente que no dimitiría, pero unas palabras de Peña Nieto la víspera sobre el "desgaste" del político precipitaron los acontecimientos. El jueves, el mismo día que tomaba posesión el nuevo gobernador de Coahuila, su hermano Rubén, Peña Nieto mandó un recado ambiguo pero está claro que efectivo. "Hay que hacer una ponderación de este desgaste del dirigente del partido, yo creo que esto puede ocurrir en la definición que él [Moreira] tome, el priismo dará el apoyo a lo que resuelva en los próximos días. El priismo está a la espera de las decisiones personales que él asuma de cara a este escenario", afirmó.
El hasta ahora presidente del PRI se reunió en la mañana de ayer con dirigentes del partido y poco después del mediodía anunció su renuncia a fin de concentrarse en aclarar su implicación en un escándalo que se había convertido en la larguísima precampaña electoral mexicana en el punto más vulnerable de un partido que aspira a volver al poder con las elecciones del 1 de julio. Moreira justificó su marcha porque "lo más importante que tienen los priistas es su institución" y aseguró que Peña Nieto es la actual "esperanza de México". Moreira ha hecho ganar al PRI cinco elecciones, las últimas las celebradas el 13 de noviembre en el Estado de Michoacán.
Su decisión despeja el camino a Peña Nieto, que se hace con el control de partido, más aún cuando el senador Manlio Fabio Beltrones, un viejo zorro de la política mexicana de enorme influencia, renunció hace unos días a la carrera presidencial. El favorito, según las encuestas, para ser presidente del país, exgobernador del Estado de México, es conocido como el diputado 501 por su influencia en la Cámara de Diputados.
El actual precandidato del Partido de Acción Nacional (PAN), en el Gobierno, Ernesto Cordero, escribió ayer en su cuenta de Twitter: "Libre ya de distracciones, Moreira tendrá tiempo de investigar dónde quedaron los 34.000 millones de pesos". Antes de renunciar a su cargo de secretario (ministro) de Hacienda para concurrir en las elecciones, Cordero había presentado una denuncia penal por la deuda de Coahuila ante la fiscalía federal.
También reaccionó el dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, quien afirmó que Moreira "debe responder ahora por el quebranto de Coahuila".
El escándalo estalló el pasado verano cuando se conoció que la deuda de Coahuila venía desde 2008, según la Auditoría Superior del Estado, y existían créditos bancarios falsificados. Moreira heredó un Estado prácticamente con superávit y ahora es el cuarto más endeudado de la federación.
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