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Crítica:'POP-FOLK'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sonidos de ayer y hoy

Tras cinco días de conciertos, entradas agotadas y la seguridad de que el Primavera Club ha contagiado su sentido encontrando su ubicación en la cartelera musical barcelonesa, este hermano pequeño y de club del Primavera Sound cerró sus puertas evocando sonidos que añoran el pasado. La banda Fleet Foxes arreboló a sus seguidores en un concierto técnicamente impecable que llenó el Auditori, el local más grande de los seis espacios en los que ha tenido lugar. Este hecho y el éxito de artistas veteranos como The Pop Group o Stephen Malkmus recordó que todas las generaciones tienen memoria.

La actuación de Fleet Foxes fue un epítome de la música alternativa actual. Escuchando al sexteto norteamericano eran perceptibles ecos de Crosby, Stills & Nash, América, Fairport Convention e incluso de los Yes del comienzo de I've seen all good people. No es en ningún sentido una recriminación que busca el desdoro de la banda o de su público, es simplemente una reflexión vinculada al concepto alternativo que acompaña como definición al folk-pop que practican. Pero tenga o no sentido el adjetivo alternativo, lo cierto es que el público más inquieto es el que está encumbrado a Fleet Foxes. Su música, una oleada de melodías con acento acústico, cambiante paisaje armónico dentro de las canciones, estudiados arreglos que alargaban los temas, sonó mucho mejor en un auditorio que en los lugares donde ya suele vérseles, los grandes espacios al aire libre. Pero su éxito fue incuestionable, su puesta en escena exquisita y entusiástica la respuesta de su público.

Ojo a The Pop Group

Y al margen de nuevos valores que generaron notable expectativa, caso de St Vincent, Girls y John Maus, la actuación más enfermiza e intencionada fue posiblemente la de los veteranos de The Pop Group. Atizando un pospunk espasmódico que podía evocar tanto a James Chance como a The Fall o A Certain Ratio al que añadían gotas de dub y toneladas de intenciones todas ellas aviesas, Mark Stewart y su grupo resultaron fieros, intensos y dinámicos. Por su parte, Sthepen Malkmus, antiguo jefe de Pavement, consiguió su cuota de éxito en el Primavera Club mediante su peculiar mezcla de melodía e intensidad, algo que Superchunk, triunfadores en la noche del sábado, hicieron lo propio aunque variando el orden de los factores, siendo en su caso más determinante la intensidad rockera. En conjunto, la sexta edición del Primavera Club supuso un éxito que afianza al festival más singular de los que bajo la etiqueta musical se hacen en España.

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