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La Guardia Civil vuelve a buscar a una mujer desaparecida en 2008

Los agentes investigan una nave donde trabajó su exmarido

Casi cuatro años después, la Guardia Civil sigue buscando a Ángeles Zurera, la mujer de Aguilar de la Frontera (Córdoba), desaparecida desde el 2 de marzo de 2008. La inspección se realiza ahora en una nave industrial del pueblo, en cuya construcción intervino el exmarido de la mujer y principal sospechoso del caso, Manuel Reina. El hombre fue condenado por malos tratos a Zurera mientras ella estaba desaparecida.

Su hermano, Antonio Zurera, explicó ayer que la empresa de su antiguo cuñado realizó los rellenos sobre los que se construyó la nave, "en la misma época en la que desapareció Ángeles. Por eso están excavando en sus suelo, a una profundidad de unos dos metros, aproximadamente". Los trabajos de ayer no dieron resultado y no arrojaron nuevas pistas sobre la suerte corrida por la mujer. Fuentes de la Guardia Civil señalaron que muy posiblemente las labores se reanuden hoy, ya que resta por levantar una zona de la nave.

El rastreo se produjo después de que se reactivase la investigación judicial del caso. La Audiencia de Córdoba acaba de aceptar el recurso planteado por la familia de Ángeles contra la decisión de un juzgado de Aguilar de la Frontera que dictó el sobreseimiento provisional del caso. En esta decisión tuvo que ver la aparición de un testigo protegido que ha podido indicar a los investigadores nuevas vías hacia las que dirigir sus pesquisas.

No es la primera vez que se busca en dicha nave industrial. Pero ahora, unas obras paralizadas por el Ayuntamiento han sugerido "la posibilidad, creíble en la medida que el imputado cuenta con medios y conocimientos suficientes para ello, de que hubieran podido ocultarse en el lugar efectos relacionados" con la desaparecida, según señala el auto de la Audiencia, informó Europa Press. Son muchos los puntos ya rastreados en Aguilar de la Frontera. Incluido un vertedero que solía usar Manuel Reina en sus actividades. Aunque los trabajos nunca dieron resultado.

Ángeles tenía 42 años cuando desapareció. Poco antes, había sufrido el episodio de malos tratos por el que se condenaría a su exmarido. Su angustia y su tristeza las volcaba en hojas viejas de un cuaderno de recetas: "La vida es una mierda. Nunca pensé en tantísimo dolor como iba a pasar. Quisiera volver para atrás, pero con mis hijos. Por qué la vida la ha tomado conmigo. Yo no le entiendo. Según das, así recibes. No. Pues yo no quiero creer que merezca tantísimo dolor", escribió en algún momento de los dos años anteriores a su desaparición.

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