Auditorías y fraudes
Según lo publicado esta semana por EL PAÍS, el Banco de Valencia que presidía José Luis Olivas declaró unos beneficios de 60 millones de euros en el año 2010, cifra que contaba con el beneplácito de la auditoría de Deloitte y supongo que también del Banco de España. Ahora, los inspectores del Banco de España parecen haber detectado que existía un déficit de provisiones de 562 millones de euros, que no estaban debidamente contabilizados.
No consigo entender cómo es posible que ni la auditoría de Deloitte ni las anteriores inspecciones del Banco de España se percataran de la insuficiencia de las provisiones registradas. Y me pregunto, ¿para qué sirven entonces las revisiones y auditorías de cuentas? ¿No deberían haber sido precisamente esas auditorías las primeras en llamar la atención sobre el gran fraude financiero que se estaba cocinando durante los últimos años?