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Crónica:BETIS 2 - REAL SOCIEDAD 3 | FÚTBOL | 14ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La mágica zurda de Íñigo Martínez

El central de la Real calca su golazo al Athletic desde su campo y condena al Betis en el 92

Rafael Pineda

Andaba el Betis crecido después de igualar un 0-2 en contra. En su afán por encontrar un triunfo balsámico que fulminara la pésima racha de resultados que le acosa, Salva Sevilla buscó con un pase adelantado a Pereira, héroe hasta entonces del conjunto andaluz con sus dos tantos. En ese momento emergió Íñigo Martínez, central de la Real Sociedad, de buenas maneras y espléndida zurda. Cortó el balón y se lanzó hacia el campo del Betis, la cabeza alta, el dedo en el gatillo. Justo antes de cruzar la línea del centro del campo, dibujó un golpeo espectacular, certero, letal, que pilló al meta Casto adelantado y que se coló en la meta del Betis después de tocar el larguero. En pocas ocasiones el fútbol es capaz de generar un final que mezcló a la perfección belleza, alegría y crueldad.

BETIS 2 - REAL SOCIEDAD 3

Betis: Casto; Chica (Molina, m. 78), Ustaritz, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat (Ezequiel, m. 58), Salva Sevilla; Rubén Castro, Santa Cruz y Pozuelo (Pereira, m. 67). No utilizados: Fabricio; Isidoro, Cañas y Matilla.

Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Mikel González, Íñigo Martínez, Estrada; Elustondo (Demidov, m. 72), Aranburu; Vela, Zurutuza (Pardo, m. 81), Griezmann; y Agirretxe. No utilizados: Zubikarai; Ansotegi, Pardo, Mariga, Sarpong y Llorente.

Goles: 0-1. M. 55. Agirretxe. 0-2. M. 75. Vela. 1-2. M. 80. Pereira. 2-2. M. 85. Pereira. 2-3. M. 92. Íñigo Martínez.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Casto, Dorado, Mikel González, Griezmann, Iriney e Íñigo Martínez.

36.315 espectadores en el Villamarín.

El triunfo vasco salva a Montanier y agrava la situación de Mel, muy cuestionado

El golazo de Íñigo, un calco del que anotara en el clásico vasco en Anoeta, propició un estallido de júbilo en la Real, mejor que el Betis la mayor parte de un partido alocado, de dominio alterno. El tanto salvó, además, la cabeza de un cuestionado Montanier, que respira ahora fuera de los puestos de descenso. En la otra orilla, las manos en la cabeza de Casto tras encajar el golazo de Íñigo muestran a las claras el desconcierto y el dolor que se han instalado en un Betis tierno y endeble, que juega a ráfagas y es demasiado débil donde el fútbol cobra todo su sentido, en ambas áreas. Pepe Mel, su técnico, está en la picota después de acumular una racha de nueve partidos seguidos sin ganar, con ocho derrotas y un empate como bagaje. Ratificado ayer por el consejo de administración bético, su silla hace tiempo que se tambalea.

La Real se sintió cómoda desde el inicio del encuentro, sin pasar apuros detrás y con dos excelentes jugadores en las bandas, Vela y Griezmann. El Betis se perdía en un mar de pases horizontales y el conjunto vasco golpeaba de verdad. Primero fue Elustondo, con un balón que salvó Casto, y luego el propio Casto le hizo penalti al veloz Griezmann. El extremo realista lanzó fuera. Agirretxe y Vela adelantaron a los vascos con un 0-2 que propició que muchos aficionados abandonaran el estadio.

El Betis, en un acto de fe, empató en cinco minutos con dos goles de Pereira. Entonces, en el 92, llegó Íñigo Martínez, con su extraordinario golpeo, con su maravillosa zurda, y la Real fue feliz.

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