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Aymerich inicia la carrera por el control del BNG apelando a la unidad

Los Irmandiños replican que "no es momento para postularse candidatos"

Carlos Aymerich se inviste de líder. Con el aval de Máis Galiza, la corriente interna que lo propone -"yo no me postulé", puntualiza- como aspirante para dirigir la organización nacionalista, el parlamentario del BNG comienza a hacer frente al portavoz nacional "en funciones" a quien sigue avalando la UPG, Guillerme Vázquez. El portavoz parlamentario del BNG, que mañana será proclamado candidato a la dirección nacional del Bloque en la Convención Nacional de Máis Galiza, dio ayer un paso al frente para avanzar posiciones en la carrera por el control de la organización nacionalista que se dirimirá en enero. Casi de inmediato, el Encontro Irmandiño, que lidera Xosé Manuel Beiras, advirtió que "no es momento para postular candidatos" y pidió la dimisión de la ejecutiva y la convocatoria de un plenario, a dos meses de la celebración de la Asamblea Nacional.

"El mejor escenario no es una asamblea de confrontacion; no somos enemigos"

Primero, Aymerich salió a escena, rebajó los humos triunfalistas de Vázquez sobre el resultado electoral e insistió en la interinidad de éste que, también mañana, pondrá su cargo a disposición de la organización. Sobre estas bases comenzó a despejar su camino hacia la Asamblea Nacional del BNG de la que, además de la nueva dirección, saldrán el portavoz nacional y el candidato a la Xunta.

"Perder 30.000 votos es para reflexionar" contradijo en su comparecencia ante los periodistas el análisis optimista del resultado electoral realizado por Guillerme Vázquez. Mantener los dos diputados y el porcentaje de votos es para Aymerich estancamiento. "Hay organizaciones de izquierda en Europa que tienen representación con el 10% de los votos y no está mal, pero en el BNG debemos plantearnos si queremos eso o si aspiramos a gobernar", puntualizó. En su opinión, el Bloque debería haber rentabilizado "el respaldo de los 180.000 gallegos que en esta ocasión no votaron al PSOE porque quieren una política distinta, más democrática, que defienda los intereses de la población y no los de Goldman Sachs". "¿Por qué no capitalizar el voto de los se quedaron en casa? Tenemos todo el carril de la izquierda para avanzar. Es lo mínimo que podemos pedir", marcó las distancias.

Tras desmarcarse de Vázquez -de una posible bicefalia con éste de portavoz (y el consiguiente poder para la UPG) y él de candidato a la Xunta- Aymerich hizo una oferta al diálogo. "A ver si somos capaces de construir un BNG unido, de ceder todos algo para hacer una organización más eficaz", ofreció a las otras tres corrientes del Bloque, aunque reconoció que "no hay elemento novedoso" que permita vislumbrar que la unidad sea posible. En su opinión, la necesidad de un Bloque fortalecido viene marcado por la crudeza de la crisis. "Los tiempos actuales requieren mucha audacia contra la ofensiva feroz de los mercados a los que ni siquiera Berlusconi les vale", sentenció. Aymerich tiene claro que el BNG necesita de un líder y él está dispuesto a asumir el reto. Explicó cómo hacerlo: "La mejor forma para saltar un muro es tirar primero la cartera hacia el otro lado". Después insistió en su decisión de negociar con las otras alternativas del BNG. "No somos enemigos y no creo que el mejor escenario sea una asamblea de confrontación de la que salga un ganador y un perdedor". Poco después, la corriente que lidera Beiras lamentaba el apoyo de la UPG a Vázquez, tildaba de "maniobra de distracción" la renuncia del portavoz nacional "que dimite pero no dimite" y pedía una refundación "sin pactos por encima".

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