Cuatro alcaldesas pugnarán por la presidencia del PP de Alicante

La dimisión de José Joaquín Ripoll como presidente provincial del PP alicantino ha disparado la lucha por el control del partido en Alicante. La dirección regional se empleó a fondo ayer para calmar las críticas por la designación del alcalde de Altea, Miguel Ortiz, como sustituto de Ripoll. El antiguo sector campista no ocultó su malestar. Primero, por sentirse excluidos del proceso para elegir sustituto. Y, segundo, porque la dirección regional ha permitido a un ripollista mantener el control, aunque sea de forma provisional, hasta el congreso provincial de junio.

Tras la salida de Ripoll, acosado por el caso Brugal, varias alcaldesas han entrado en la carrera por aspirar a la presidencia provincial del PP de Alicante. La alcaldesa de Sant Vicent del Raspeig y actual presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, aseguró ayer que "nunca" ha querido ostentar el puesto que deja Ripoll, aunque eso "no quita ni que sí ni que no". Ripoll, hasta su defenestración, compaginó la presidencia del PP con la Diputación de Alicante.

Compromís y EU exigen al popular que deje de presidir el puerto de Alicante

La regidora de Elda, Adela Pedrosa, patrocinada por el exministro Federico Trillo, es otra de las que aspiran a suceder a Ripoll. Pedrosa ya tiene experiencia en puestos orgánicos, ya que ocupó la secretaría regional del partido entre 2004 y 2007.

Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante, también aspira a dirigir el partido en la provincia pese a que está implicada en el escándalo del caso Brugal (el fiscal la acusa de favorecer a Enrique Ortiz en planeamiento de la ciudad). Ayer, Castedo descartó que la dimisión de Ripoll suponga "una victoria", en referencia al enfrentamiento que han mantenido ambos y que llevó a la alcaldesa a dejar sin competencias como edil a Ripoll en el Ayuntamiento de Alicante.

Otra de las aspirantes a la presidencia provincial del PP es la alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso. En su favor juega que gobierna la mayor ciudad de la Comunidad Valenciana que no es capital de provincia, pero en su contra tiene las críticas que ha recibido su gestión municipal, especialmente por el legado del poeta Miguel Hernández.

Del antiguo sector ripollista, la política con más posibilidades es Macarena Montesinos, diputada en el Congreso y bien considera por Génova.

Pero la dimisión de Ripoll no solo provocó movimientos en el PP. También desencadenó una catarata de reacciones en las filas de la oposición. Los más duros con el ya exlíder de los populares alicantinos fueron las formaciones de Compromís y EU, que exigieron que deje también la presidencia de la Autoridad Portuaria de Alicante. "La dimisión de Ripoll llega tarde, pero cuando uno deja la vida pública se debe ir de todo y no cobrar más salario público", dijo Mònica Oltra, diputada de Compromís. "Si Ripoll dimite para no ensuciar al PP por el caso Brugal, también debería dimitir de todos los cargos públicos que ostenta", dijo Lluis Torró, de EU. Por su parte, Elena Martín, portavoz del grupo municipal del PSPV en Alicante, señaló que la dimisión de Ripoll fue "pactada, controlada y por fases".