PSPV: morir para nacer
Soy del PSOE pero no estoy triste. No hemos ganado. El PP gobernará España. Este es un país democrático. Tras ocho años en el Gobierno de la nación, dejamos paso. Nuestra tristeza comenzará en los próximos meses si los muchos militantes y simpatizantes que hemos asistido en silencio a las erráticas decisiones de nuestros dirigentes, comprobamos que perder no ha servido de nada.
La derrota electoral ha de ser fecunda y tener consecuencias estimulantes para las formaciones políticas. Si perdemos y nada cambia, perdemos dos veces.
Sencillamente, no voy a resignarme, como muchos ciudadanos de izquierdas que tienen el coraje, la independencia o la representatividad mediática para expresarlo. Y no quiero que esta derrota pase inadvertida y se pierdan las oportunidades creadoras que se esconden tras las derrotas electorales.
Ahora que no tenemos la presión y la responsabilidad de gobernar España, ni la Comunidad Valenciana ha llegado el momento de ocuparnos también de nosotros, del partido, del PSOE, del PSPV. Eso es lo que han dicho los ciudadanos con una aplastante claridad. No desperdiciemos ni un segundo en paños calientes.
Compañero Jorge, Compañera Leire, tanta derrota y durante tanto tiempo es inasumible. Ambos habéis cosechado las peores derrotas electorales de la historia en las listas que habéis encabezado. Cualquier candidato local sabe que si cosecha peores resultados que el anterior (y peor aún si el anterior era él mismo) debe irse a casa y se va a casa. Este adiós suele ser el principio de la recuperación electoral, de futuro, de la renovación inevitable de las formaciones políticas.
Ambos sois diputados, y es probable que sigáis siéndolo cuatro años. Como señaló Upton Sinclair hace un siglo "es difícil que alguien entienda algo cuando su sueldo depende de que no lo entienda". No creo que la demagogia que se ejerce sobre "la profesionalización de los políticos" deba aplastaros, pero sí que sospecho que os falta el coraje para ejercer la dignidad del adiós y liderar con lealtad vuestra propia transición. Ambos habéis convertido al PSPV en una UTE de intereses orgánicos puntuales y fallidos. Lo habéis intentado. Os hemos sido leales. Hemos guardado prudentes silencios. Hemos acatado vuestras decisiones sobre las listas electorales. Hemos votado y conminado a votaros en las autonómicas y en las generales. Hemos hecho nuestro trabajo con la cabeza bien alta. Ahora haced el vuestro y dejad paso.
No creo justificable el escarnio político hacia los líderes caídos ni creo necesaria la maledicencia mediática sobre un pajinato agónico que ha obtenido los peores resultados de unas generales en toda su historia. Pero sí creo en la firmeza de las voces que deben alzarse de ahora en adelante para decir alto y claro que hasta aquí llegó el silencio en el PSPV, la complicidad indolente, la mirada lánguida sobre nuestro presente, la tristeza imbatida... y ese falso temor a represalias sobre el que he descubierto que se esconden los más cobardes para que sean otros los que dan la cara.
El único castigo relevante para un político son las urnas. Y hasta aquí hemos llegado todos juntos y a todos nos toca bajar la cabeza si queremos levantarla. Por eso comenzaba diciendo que no estoy triste. Somos muchos los que ahora queremos comprobar que el talante, la generosidad y la responsabilidad política de Alarte y Pajín eran la garantía de sus actos. Tras las autonómicas nos dimos un plazo: las generales. Tras las generales, y a la vista del descalabro, una sólo espera que la derrota sea fecunda y revolucione las amarillas entretelas de Blanquerías. Por eso, con todo nuestro afecto y agradecimiento por los servicios prestados, Jorge, Leire: no nos defraudéis y go home.
Antonia Moreno Ruiz es secretaria general de la agrupación del PSPV-PSOE de Orihuela.
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