Año Nuevo en biquini
La actriz, que en el pasado festival de San Sebastián ganó el premio a mejor actriz por su actuación en La voz dormida, se evade en las playas de El Palmar.
¿No suele haber demasiada gente como para relajarse?
Depende de la época y el pueblo. Caños de Meca tuvo un boom y en verano es un poco locura. Esta zona, aunque está cerca, no tiene nada que ver, son playas más tranquilas, sobre todo en invierno.
¿Lo prefiere al verano?
Acudo allí en momentos de retiro y, normalmente, intento ir en Semana Santa o en Navidades. En Año Nuevo he llegado a amanecer bañándome en la playa en biquini.
¿Sigue llevando pantalón de campana?
Soy un poco hippy. A fiestas glamurosas voy por trabajo, pero, en general, prefiero una guitarra y unas chanclas.
Si hay playa nudista, mejor que mejor...
Aquí se puede despelotar todo el mundo que nadie te va a mirar malamente. Solo una vez, en la playa de El Palmar, un policía, ante las quejas de una familia, le pidió a una chica que se vistiera.
¿Lo hizo?
No. Cuando vimos la situación, un montón de personas nos empezamos a desnudar en señal de apoyo. Se quedó media playa en pelotas y el agente se fue con las orejas gachas.
¿Dónde suele recalar?
Me gusta La Aceitera, por Zahora, y las calas de San Ambrosio, entre Vejer y El Palmar. Hay que cruzar el monte para llegar y en el camino te puedes encontrar sorpresas.
¿Por ejemplo?
Una vez, volviendo de la costa, empezamos a escuchar un musicón que salía de una casa. Tuvimos que entrar. Si vas por medio del monte y te encuentras una jam session, no puedes evitar meterte. Acabamos saltando y bailando con un montón de gente a la que no conocíamos.
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