IU busca captar votos descontentos con PSOE y BNG
La formación propone que los sectores estratégicos vuelvan al Estado
"Nuestros enemigos non son PSOE y BNG, son nuestros competidores electorales; nuestro enemigo es el PP y las políticas conservadoras". Hecha la matización, Rubén Pérez, número uno de Esquerda Unida al Congreso por Pontevedra, tiene claro cuál es su caladero de votos para estos comicios en Galicia: los descontentos con socialistas y nacionalistas que, a su juicio, a su paso por el poder en la Xunta defraudaron a amplios sectores progresistas.
Aunque la posibilidad de obtener un escaño es remota -en 2008 se quedó a 60.000 votos en esta provincia-, Pérez detecta en los actos de campaña una movilización que no se producía desde hace años, cuando IU/EU quedó eliminada del mapa político autonómico. En este sentido, recuerda el fuerte incremento logrado en las pasadas municipales, que le dejaron a las puertas de entrar en el Ayuntamiento de Vigo. Ahora, apunta, están llegando a zonas que hacía mucho tiempo ni siquiera pisaban, apoyados en la reestructuración de la formación en el área viguesa. "La respuesta es muy positiva", enfatiza.
El Bloque "utilizó de manera oportunista" los apoyos de gente de izquierdas
El candidato por Pontevedra reconoce errores de su grupo
También en A Coruña, en donde la federación presenta a una candidata independiente, la prestigiosa abogada Mariluz Canal, confía en obtener un notable aumento de fuerza electoral. Pérez pone a Canal como ejemplo de la reconstrucción de la "izquierda alternativa". Admite que en el pasado las divergencias internas llevaron a una importante pérdida de apoyo -"algo mal haríamos", apunta-, pero se muestra ilusionado con el actual proceso de reagrupamiento de la "izquierda plural".
Este historiador, cuya empresa está inmersa en un ERE, está convencido de que hay una masa de votantes de izquierdas que el Bloque acogió y "utilizó de manera oportunista". Argumenta que cuando tocó poder defraudó las expectativas, y cree que ya se está produciendo un trasvase de esos electores a EU. "El BNG tiene mucho que explicar [de su paso por el Gobierno], por ejemplo de su gestión en la Consellería de Industria", asevera, en ácida alusión al exconselleiro Fernando Blanco, presuntamente implicado en el Caso Campeón. Una dinámica similar opera, en su opinión, con votantes "desilusionados" con el giro programático del PSOE en el último tramo de legislatura.
También carga contra una de las ideas fuertes de los nacionalistas, la de que solo su presencia en las Cortes garantiza que Galicia esté representada. "¿Para qué? ¿Para hacer como CIU o Coalición Canaria, evitando los recortes en sus comunidades a cambio de apoyarlos en el resto del Estado?", cuestiona. Así, aunque concede situar al BNG en el campo ideológico progresista, considera que ningún partido de izquierdas es interclasista.
Este análisis, propio de la tradición marxista, se extiende a algunas de sus propuestas. De este modo, censura la "acumulación brutal de capital" producida en Galicia en los últimos años, y cita el caso del astillero vigués de Barreras. Recuerda que era de titularidad pública, y que fue vendido a una "sociedad de inversiones, y acabó en manos de los especuladores". Propone que el naval, como otros sectores estratégicos, vuelva al Estado. De los tres millones de empleos que Izquierda Unida promete en su programa para toda España, estima que 200.000 serían en Galicia. Ámbitos como el forestal, opina, son un nicho de creación de puestos de trabajo para los próximos años.
En cuanto a la estructura del Estado, apuesta por la supresión de las diputaciones y remarca que EU fue la primera formación en reclamarla. Eso sí, opina que su eliminación debe ir acompasada con una redistribución de la recaudación fiscal, de manera que Gobierno central, autonomías y Ayuntamientos asuman cada uno un 33% de la gestión de los tributos.
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