Jerez mantiene vivo a Moraíto

Hay ocasiones en las que el dolor adquiere formas y aspectos inesperados. La temprana desaparición del guitarrista Manuel Moreno Junquera, Moraíto Chico (Jerez, 1956-2011), ha provocado en su tierra, y en el mundo flamenco en general, una reacción peculiar: más que llorarlo, que se le llora, al tocaor jerezano se le reivindica de manera apasionada y se ensalza su arte y su personalidad de gitano bueno. Puede que todo se deba a la incredulidad que generó su fallecimiento -se sabía de su enfermedad, pero se miraba para otro lado- y, sobre todo, a lo difícil que resulta hacerse a la idea de que ya no se le va a escuchar más sobre un escenario.

En el bar del Arco de Santiago, donde tanto paraba, se acumulan poemas y escritos que los amigos y aficionados llevan hasta ese lugar, justo frente a su vivienda, a modo de privado homenaje. "No tengo paredes para colgarlos todos", afirma el regente del establecimiento, su amigo Agustín Vega, ante la avalancha de esas muestras de póstuma admiración.

Poveda, Lebrijano, Mercé, El Cigala, El Pipa y La Macanita figuran en el cartel

Esa actitud tan activa y positiva explica, aunque solo en parte, la prontitud con que su tierra y su gente se han apresurado a rendirle un tributo a la altura que se merece. De hecho, el pasado 5 de octubre, antes de cumplirse dos meses de su fallecimiento, ya se había presentado el cartel del homenaje que se celebra hoy en Jerez (Palacio Municipal de Deportes, a las 21.30), a la vez que se anunciaba el de Madrid.

Rafael Agarrado, miembro de la comisión organizadora y hermano del artista, aclara que esa celeridad también se debe a la situación en que quedaba la familia: "Ya se sabe cómo es la vida de los artistas, y urgía hacer el homenaje de forma inmediata. Pero, en cualquier caso, las cosas así hay que hacerlas en caliente" añade. Nada más anunciarse la fecha y el lugar de celebración previstos, el Teatro Villamarta, este dio la alarma: el teléfono se caía de llamadas intentando reservar o comprar entradas. De ahí que, ante la más que anunciada demanda, la comisión decidió buscar un espacio de mayor aforo, el citado polideportivo, que ha sido cedido por el Ayuntamiento jerezano. "El espacio ideal, de haber sido verano, era la plaza de toros, donde Manuel debutó", se lamenta Agarrado. A pesar de ello, y horas antes del inicio del espectáculo, se muestran satisfechos. Todo está preparado y las 3.000 entradas disponibles, vendidas. 250 de ellas, de asientos numerados y a un precio más elevado que el resto, volaron en apenas dos horas, las demás se agotaron hace unos días.

El aspecto artístico ha sido coordinado por el hijo mayor del tocaor, y también guitarrista, Diego del Morao, que se ha visto obligado incluso a rechazar adhesiones al homenaje ante la larga nómina de participantes. Su enumeración casi asusta: de fuera llegan Miguel Poveda, Diego El Cigala, Niña Pastori o Juan Peña Lebrijano. La representación jerezana es tan completa como se merece, con José Mercé al frente y con el bailaor Antonio El Pipa, los cantaores Manuel Moneo, Juan Moneo, El Torta, Enrique Soto, Fernando de la Morena, Miguel Flores, Capullo, Los Zambo (Luis, Enrique y Joaquín), Lorenzo Gálvez o Mateo Soleá. Tampoco faltarán voces y baile de mujer con Tomasa Guerrero, La Macanita, Manuela Méndez, La Chati, Juana la del Pipa, Angelita Gómez y María del Mar Moreno. Y en guitarras, junto a Diego del Morao, el hijo del artista, la colaboración del maestro Paco Cepero y de Pedro Carrasco, Niño Jero, Juan Diego Mateos, Manuel Valencia, Manuel Parrilla, Antonio Rey y Navajita Plateá.

A pesar de un listado tan extenso, Rafael Agarrado manda un mensaje de tranquilidad: todo se ha articulado en una docena larga de actuaciones y habrá cuadros de mujeres o de determinadas familias, como los Moneo o Los Zambo. Con todo ello, el espectáculo no debe irse más allá de las tres horas. "No queremos que se convierta en un maratón", subraya el miembro de la comisión organizadora.