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El hombre que tiró una piedra a la A-52 y causó una colisión irá a la cárcel

El condenado acuerda rebajar a tres la pena de 16 años que pedía el fiscal

Anxel Rodríguez Flores tendrá que ir a la cárcel y cumplir la parte correspondiente, al carecer de antecedentes penales, de los tres años y nueve meses de cárcel a que fue condenado por arrojar una piedra a un coche desde un puente de la autovía A-52, un suceso por el que resultaron heridos los dos ocupantes del vehículo. El juicio previsto para ayer se quedó en una negociación entre el fiscal, la acusación particular y la defensa del acusado que permitió a este librarse de una condena mucho mayor, de más de 16 años , por dos delitos de homicidio en grado de tentativa y otro contra la seguridad vial.

El acusado, vecino de A Cañiza, que se encontraba acompañado por un menor cuando ocurrieron los hechos, en febrero de 2009, tendrá que indemnizar con 80.000 euros al conductor del vehículo siniestrado y a su mujer, que resultaron heridos de diversa consideración. Uno de ellos tiene secuelas como consecuencia del accidente.Los progenitores del menor, que ahora tiene 18 años, también tendrán que indemnizar a las víctimas con una cantidad idéntica estipulada por el Tribunal de Menores que le condenó a cumplir 200 días de trabajo en beneficio de la comunidad, al haberse declarado insolvente.

"No fue una chiquillada", sostiene el ministerio público

Entre sollozos, el acusado, al que ya se le había aplicado la atenuante de estar completamente ebrio cuando provocó el accidente, reconoció los cargos pero su abogado no pudo impedir la condena de cárcel impuesta por el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra.

El fiscal invocó jurisprudencia del Tribunal Supremo para rebajar tres cuartas partes la condena que había solicitado en su escrito de acusación, aunque dejó claro que el acusado tenía que asumir su responsabilidad, "ya que no fue un accidente sino que hubo intención de atentar contra la integridad física de los ocupantes del coche", señaló Juan Carlos Aladro. Para el fiscal "no es un hecho imprudente, sino doloso y forma parte de la idea de querer hacer algo con premeditación". El representante del ministerio público señaló también que se apreció en el acusado que "hubo un resultado asumido y buscado por lo que no fue una chiquillada ni para el joven ni para el menor".

Una de las piedras que el acusado y el menor lanzaron desde un puente de la autovía A-52, a las nueve de la mañana, alcanzó a un Mercedes en el que circulaba Jacobo Buceta, periodista de la Cadena SER, y su esposa. Ambos acusados fueron prevenidos y recriminados por un vecino que pasaba por allí en aquellos momentos, pero hicieron caso omiso. El conductor también se había percatado de lo que estaban haciendo por lo que desde el coche realizó gestos disuasorios.

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Pero la piedra de gran tamaño fue lanzada y se estrelló contra el parabrisas, entró en el interior, golpeó en la parte derecha del tórax al conductor, y salió por la ventanilla trasera derecha del vehículo después de romperla. El conductor perdió el control del vehículo, que colisionó contra la mediana, siguió golpeándose contra la bionda, perdió un eje y se detuvo 190 metros más adelante. Como consecuencia del incidente resulto herida la pareja, mientras que el joven y el menor huyeron corriendo al oír el ruido del impacto. Horas después fueron detenidos por la Guardia Civil.

Jacobo Buceta sufrió diversos traumatismos cérvico-torácicos "por impacto de alta energía", hematomas en el mediastino y fracturas de clavícula por lo que tuvo que ser hospitalizado casi dos semanas, aunque estuvo impedido 105 días hasta su recuperación. Entre las secuelas se describe una limitación de movilidad del hombro derecho.También su esposa sufrió cervicobraquialgia, tendinitis en el hombro derecho, síndrome de estrés postraumático y crisis de ansiedad por lo que precisó de tratamiento médico psiquiátrico con ansiolíticos y antidepresivos durante 226 días.

Además, la reparación del coche costó 18.400 euros mientras la reposición de los desperfectos ocasionados en la mediana y el tramo de la calzada donde fue la colisión costaron más de 1.000 euros.

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