Condenado a tres años y nueve meses de cárcel por arrojar piedras a la autopista

Tres años y nueve meses de cárcel es la pena impuesta a un joven condenado por arrojar una piedra a un coche desde un puente en la autovía A-52 a su paso por A Cañiza (Pontevedra), debido a lo que resultaron heridos los dos ocupantes de un vehículo. La negociación entre las partes se prolongó este martes en la vista durante un par de horas porque el abogado quería evitar la cárcel, pero finalmente el procesado Áxel Rodríguez Flores, de A Cañiza, ha sido condenado a tres años y nueve meses de prisión por arrojar una piedra desde un puente de autovía A-52 a su paso por A Cañiza el 8 de febrero de 2009. Esa piedra lanzada impactó contra un coche y provocó lesiones graves a sus ocupantes, el periodista deportivo de la Cadena Ser, Jacobo Buceta y su esposa.

Pese a los avisos de un vecino que les había visto y les recriminó lo que hacían, este joven y el menor tiraron una piedra de gran tamaño, que se estrelló contra el parabrisas, entró en el interior, golpeó en la parte derecha del tórax al conductor, y salió por la ventanilla trasera derecha del vehículo después de romperla.

El conductor perdió el control del vehículo, que colisionó contra la mediana, siguió golpeándose contra la bionda, perdió un eje y se detuvo 190 metros más adelante. Como consecuencia del incidente resulto herida la pareja, mientras que el joven acusado y un menor que lo acompañaba huyeron corriendo. Este martes, sentado en el banquillo de los acusados de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra, entre lágrimas, Axel Rodríguez Flores reconoció que fue él quien tiró la piedra.

En la vista, el fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, señaló que desde el primer momento tuvo claro que no fue un accidente, sino que hubo intención de alcanzarles y ánimo de atentar contra la integridad física y la vida de sus ocupantes. Así, ha dicho que eso supone asumir un riesgo y, por tanto, también unas responsabilidades, en este caso por homicidio en grado de tentativa. Para Juan Carlos Aladro "no es imprudente, es doloso y forma parte de la idea de querer hacer lo que al final se hace". "No es una chiquillada, desde luego, ni para el joven ni para el menor, pero se le aprecia un serio problema de madurez porque el resultado era asumido y buscado", ha expuesto el fiscal.

"Hoy en día las penas ya no se cumplen como antes y, si no se cumplen íntegramente, se cumplen seriamente en su mayor parte", ha comentado e fiscal.

En cuanto al menor que le acompañaba, había sido juzgado con anterioridad en el Juzgado de Menores y condenado por lesiones a 200 días de trabajos en beneficio de la comunidad, una pena que tiene una finalidad reeducativa.

Inicialmente la Fiscalía había solicitado más de 15 años de cárcel al imputarle dos delitos de homicidio en grado de tentativa, por lo que pedía penas de 7 años y 10 meses por cada uno y otros 10 meses de prisión por un delito contra la seguridad del tráfico.

El fiscal además, reclama multa e indemnización de más de 80.000 euros. La misma que para el menor, que si bien se declaró insolvente, sus padres subsidiariamente tendrán que afrontar el pago. El Ministerio Público considera un atenuante que el joven acusado había consumido bebidas alcohólicas durante toda la noche y tenía mermadas sus facultades cuando sucedieron los hechos.