La importancia del entorno
Pues no, no es lo mismo. No es lo mismo papearse un set de Russian Red en el fragor de un festival veraniego, a horarios intempestivos y con la mitad del respetable aprovechando para avituallarse o darle a la cháchara, que presenciar un concierto suyo en un recinto cerrado, con una pulcra sonoridad y todo el mundo sentado. Y tampoco es lo mismo para Lourdes Hernández, que mostró en el Palau un hervor escénico caro de ver en cualquiera de las citas que en los últimos meses han hecho de ellos una presencia recurrente en la nómina de todo sarao primaveral-estival que se precie.
Tras el hilarante -no sabemos si voluntariamente o no- pase de la alemana Fee Rega, pudimos comprobar que en la sala Iturbi resulta mucho más tolerable la condición epidérmica y algo vaporosa de parte de su repertorio. Y mucho más contagioso el brío de algunos de sus pasajes más resultones. Desde la emotividad de The Memory Is Cruel hasta los altos vuelos de I Love You But I Hate You, pasando por los aires music hall de Fuerteventura. Por encima de todo ello, tres factores: la preeminenciade los temas de un último álbum que arrincona el folk liviano y juega con habilidad a la coartada retro; el aseado sostén sonoro de una banda en la que las guitarras de Bautista y Cabezalí se acoplan como un guante a tal apuesta y, sobre todo, la portentosa garganta de la vocalista. Un show grato en su propia belleza esteticistamente retro, tan distante de romper ningún esquema como fluido de digerir. Así, sí.
RUSSIAN RED
Lourdes Hernández: voz y guitarra; Charlie Bautista: teclados, guitarra y coros; Alberto Rodrigo: bajo y coros; Manuel Cabezalí: guitarra y coros; Pablo Serrano: batería. Valencia, 12 de noviembre de 2011. Palau de la Música.
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