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CARTA DEL CORRESPONSAL / | Buenos Aires
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El dólar sigue siendo irresistible

Soledad Gallego-Díaz

La última novedad argentina es el piquete de despachantes, es decir, un grupo de choque de agentes de aduanas, que ya no pueden más de los sustos que les da el Gobierno y que esta semana llegaron a concentrarse en una oficina estatal para expresar su desesperación. Se quejan de que el Gobierno cambia, de un día para otro, las normas para importar cualquier producto y que ellos, encargados de presentar la documentación oportuna, ya no saben qué hacer.

Lo que hizo rebasar su paciencia el miércoles fue que cuando iniciaron los trámites para liberar importaciones se encontraron con una nota comunicando que a partir de ese momento debían presentar "copia certificada de toda la documentación bancaria involucrada en la operación para su análisis por las áreas centrales de la AFIP" (Administración Federal de Ingresos Públicos). El enfado fue mayúsculo porque estaba claro que no sería posible reunir la documentación adicional en menos de una o dos semanas. Al final, fueron convocados a una reunión donde se les dio nuevas instrucciones: las mercaderías iban a ser liberadas con el papeleo habitual, pero en un plazo de veinte días se implementarían los nuevos requisitos.

Hasta la presidenta Fernández de Kirchner tiene tres millones a plazo fijo

Todo el mundo es consciente de que el problema es la salida de divisas. El Gobierno intenta frenar la salida de dólares y el aumento de su precio. Además de cierres aduaneros momentáneos, que envían una poderosa señal al importador para que aminore su actividad, hace ya meses que se planteó la curiosa exigencia de que los grandes importadores de coches, por ejemplo, se las arreglaran para exportar por un valor equivalente en divisas. Resultado, estos importadores anunciaron que creaban empresas para exportar vino, comida para pollos y otros productos. Obviamente, lo que hacen es llegar a pactos con empresas ya existentes para contabilizar esas exportaciones en sus respectivas cuentas.

El siguiente paso fue comunicar que nadie, ni mayorista ni minorista, podría comprar dólares sin pasar antes por un nuevo trámite que complica la operación y que manda la señal deseada a los ciudadanos: dejen de ahorrar en dólares. El resultado fue que el dólar oficial se mantiene a 4,28 pesos, pero ya hay un mercado negro entre 4,8 y 4,9. Es difícil que el ciudadano, escarmentado de mil crisis, deje de creer que es mejor tener algo de dinero en dólares por si el peso llega a devaluarse. De hecho, Fernández de Kirchner declaró tener depósitos a plazo fijo por más de tres millones de dólares, y el ministro de Hacienda, Amado Boudou, reconoce tener 145.000 dólares en efectivo.

"¿Quieren saber quién está comprando dólares en Argentina?", preguntó la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, en un debate celebrado esta semana. Lo que la titular del banco nacional quería era desmentir que muchos de sus conciudadanos consideren coherente votar en masa a Cristina Fernández de Kirchner un día (54% de los votos) y, al otro, seguir convirtiendo sus grandes o pequeños ahorros en divisas verdes.

"Tomando el total de personas físicas y jurídicas que compraron dólares entre junio y septiembre, quienes adquirieron más de cien mil representan el 37% de ese total", aseguró Marcó del Pont. "Los que compraron por debajo de mil dólares mensuales en promedio son apenas el 7%", precisó. Son pues, acusó, los poseedores de grandes fortunas los que agitan las aguas intentado generar temores. Pero si tres millones de sujetos compraron dólares en 2011 y el 37% adquirió más de cien mil y el 7% menos de mil, ¿qué hizo el 56%? Los expertos aseguran que esa gran mayoría compró entre 1.001 y 5.000 dólares.

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