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Briatore, otra vez ante la justicia

El exdirector de F-1, investigado por comprar obras de arte falsificadas

Flavio Briatore se ha metido en un nuevo lío, y puede costarle caro. Esta vez su nombre se relaciona con una historia de bandidos y falsificadores de arte. Los protagonistas son personajes de la jet set italiana como el exdirector deportivo de la escudería Renault y el que fuera defensa del Juventus de Turín, Jonathan Zebina. Para Briatore este es otro caso más de sus líos con la justicia, un asunto que le coloca en punto muerto tras una carrera de éxitos que comenzó a complicarse tras su precipitada salida de la Fórmula 1.

Y es que el playboy de los motores, más conocido por sus aventuras con Heidi Klum o Naomi Campbell, compró 40 obras del pintor Domenico Rotella (Catanzaro, 1918-Milán, 2006), pero una de ellas, valorada en 30.000 euros, resultó ser falsa. Briatore y Zebina han contado los entresijos del fallido negocio a los jueces del Palacio de Justicia de Turín. El fiscal los llamó para testificar en medio de una investigación sobre una red de falsificadores de obras de arte, que se extiende por Italia desde la posguerra.

El millonario adquirió 40 cuadros de rotella para sus casas

Esperando un milagro, Briatore confía en que sea solo una falsa alarma. "Todavía no ha concluido la investigación. Tal vez descubran que es auténtico y todo termine aquí", ha declarado tras abandonar el Palacio de Justicia de Turín. Siempre bronceado y sin desprenderse de sus gafas de sol, Briatore entregó a la Policía Judicial un pequeño cuadro que ha despertado las sospechas: una pieza de 20x40 centímetros que podría ser un rotella de finales de los años de la corriente pop italiana. Se trataría de El sabio, de 1962.

En calidad de testigo, Briatore contó a los magistrados su versión de los hechos: "Compré los cuadros en la galería de Jonathan Zebina, la JZ Art, en Milán. Había organizado una muestra dedicada al pintor a la que invitó a gente muy importante". El exdirector de la escudería Renault adquirió 40 cuadros para decorar las paredes de sus casas y de sus barcos. Hasta ahí todo iba bien. "Luego los dejé en un depósito de la galería por un tiempo. Un día el director artístico del local, Fabrizio Quiriti, me propuso hacer unos cambios, y yo acepté", según el relato de Briatore. "Creo que las falsificaciones aparecieron en ese momento".

En medio del cambio aceptado por Briatore aparece la obra que podría haber sido falsificada por un marchante turinés, Michelangelo Lanza. Éste ha sido acusado de falsificación y, según el diario La Repubblica, ya fue condenado en 2005 a dos años de prisión y a una multa de 2.800 euros por un delito similar.

Zebina ha presentado una demanda contra Quiriti por su presunta negligencia de gestión y administración de la galería. Pero aquí se complican las cosas, ya que Briatore sí confía en el director artístico: "Quiero hacer hincapié en que tengo plena confianza en la buena fe de Quiriti y en su profesionalidad". La Fundación Rotella ha asegurado que examinará las obras incautadas en la investigación.

Pero este no es el único asunto pendiente de Briatore con la justicia. Todavía colea la investigación de la policía fiscal italiana tras confiscar su yate Force blue bajo la acusación de fraude fiscal en relación con un supuesto delito de evasión del IVA. La policía explicó que Briatore no había pagado cuatro millones de euros en concepto de IVA, ni otros 550.000 euros relativos al impuesto especial sobre la gasolina. La normativa de la UE indica que, cuando se introduce en la zona euro un barco con bandera no europea, se debe pagar IVA, algo que Briatore no ha hecho, según los investigadores.

Mientras Briatore emplea parte de su tiempo en defenderse de sus múltiples líos, se deja ver con su esposa Elisabetta Gregoraci y su bebé, con los que parece haber aparcado su fama de conquistador.

Flavio Briatore y Elisabetta Gregoraci, en octubre en Milán.
Flavio Briatore y Elisabetta Gregoraci, en octubre en Milán.GTRES

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