Alejandro, genio ardiente

Ensayo. Las figuras de Alejandro Magno y Cristina de Suecia, la reina escandinava que mediado el siglo XVII renunció al trono de los Vassa para construirse a sí misma como verdadera obra de arte, son los ejes del relato que sobre su poderoso vínculo ha trazado la historiadora española Margarita Torrione. Catedrática de la Universidad francesa de Savoie, Torrione, especialista en las dinastías borbónicas, aborda la vigorosa personalidad de Cristina a través de la fascinación que mostró por la figura de Alejandro Magno, hijo de Filipo de Macedonia y alarife de la esplendente estela dejada por Grecia en todo el Oriente. La juventud, el empuje y la profundidad del pensar estratégico del titán macedonio deslumbraron a la reina sueca, que estableció con él un intenso diálogo suprahistórico en torno al poder y a la pasión. Tal romance cristalizó en unos manuscritos de la reina cuya narración cobra emocionante estatura en este texto. Si, como reza el viejo adagio, "el águila no caza moscas", Cristina de Suecia no estaba para el menudeo con la politique politicienne de las potencias europeas, España incluida, en el siglo XVII. La historiadora ha hallado en los archivos de la Facultad de Medicina de Montpellier un fecundo granero documental sobre la Europa Moderna que fue acopiado por una pléyade de humanistas, amantes del anonimato, cuya historia refleja este interesante libro, escrito con método, sutileza y finura.