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Baltar carga contra el Parlamento por no regular las Diputaciones

Los tres grupos discrepan sobre el futuro de las instituciones provinciales

Los presidentes de las diputaciones gallegas comparecieron ayer en el Parlamento para informar de sus presupuestos para 2012. Pero como el debate se produjo sin que ninguno tenga aún elaboradas sus cuentas, y con previsiones a la baja en todas menos en la de Lugo, en vez de hablar de prioridades de gasto se acabó discutiendo sobre la reforma o eliminación de las instituciones provinciales.

Comparecientes y diputados repitieron los planteamientos habituales de sus partidos: defensa de las diputaciones en el PP, una ambigua necesidad de reforma en el PSOE y su supresión completa en el BNG. Sin embargo, el presidente de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar, pasó de la defensa al ataque y cargó contra la Cámara por no legislar en materia provincial: "Su trabajo no es fiscalizar a los entes provinciales sino legislar, y es una evidencia que el Parlamento no cumplió esa función", criticó, para pedir a continuación "dotar a las diputaciones de instrumentos legales" ya que, "como las brujas", dijo, "ninguén cre nelas pero habelas, hainas".

El PP ve a Besteiro como figura en ascenso en el PSdeG en vez de Blanco
Baltar tuvo que interrumpir su intervención por una afonía repentina

Más allá del ataque de Baltar, en lo que coincidieron los cuatro presidentes fue en la necesidad de reordenar las competencias de las administraciones, algo en lo que también estuvo de acuerdo el PP, que censuró el recorte de las transferencias estatales. El PSOE, sin embargo, se debatió entre la postura del presidente lucense, José Ramón Gómez Besteiro, de "modernizar" las diputaciones -expresión que atribuyó al candidato Rubalcaba- y la del diputado Pablo López Vidal, que pidió su "desaparición". Esa última postura fue la mantenida por los nacionalistas, lo que hizo que el PP les afease su participación en el gobierno lucense.

El BNG se defendió indicando que postula su desaparición, pero que mientras existan seguirá trabajando para mejorar su funcionamiento. Y en contraposición con su propia actuación en Lugo situó la de Baltar en Ourense. "Váyase, señor Baltar, porque usted y su política ejemplifican la inutilidad de las diputaciones", apeló la nacionalista Tareixa Paz, quien censuró su política de personal e insinuó que adelanta "a quien se lo pide" en las listas de espera sanitarias.

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En ese turno de críticas, el pontevedrés Rafael Louzán fue criticado por PSdeG y BNG por presumir de "transparencia", mientras el PP afeó a Besteiro el gasto de su gobierno bipartito y el coruñés Diego Calvo, que se estrenaba en estas lides, conseguía salir airoso.

También aquí fue Baltar el más vehemente en su defensa. Tanto, que le falló la voz, y la sesión tuvo que aplazarse cinco minutos, mientras varios diputados se interesaban por su estado. Ya repuesto, indicó que las partidas de personal supondrán 29,4 millones -medio millón menos que este año, pero aún así el 43% del total de su Presupuesto-, aseguró que no realizará más contrataciones temporales y negó las acusaciones de enchufismo de la oposición. También rechazó las críticas por dar subvenciones a dedo reclamando nuevamente a los partidos que, si no están de acuerdo, cambien la ley para impedírselo -"legislen para evitar que el presidente de la diputación de Ourense intente hacer lo que ustedes dicen que hace", había protestado ya el año pasado-. Baltar terminó su intervención lamentando la envidia de socialistas y nacionalistas por no gobernar en Ourense y presumiendo irónicamente: "Yo mando desde la época de los romanos".

Por otra parte, el presidente lucense reiteró ayer el llamamiento que ya había realizado el pasado año para un "pacto de país contra el despoblamiento del rural". Nadie recogió el guante, pero sirvió para que el popular José Manuel Balseiro asegurase que el discurso de Besteiro "antes se centraba más en Lugo y hoy trae una exposición más de Guitiriz para aquí", aclarando irónicamente que al citar esa localidad se refería al límite de la provincia "y no a otras cuestiones", en referencia a la ubicación de la gasolinera en la que el ministro de Fomento, José Blanco, se vio envuelto en el caso Campeón.

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