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Entrevista:LOS QUE NO SE RINDEN... | VITALI LAGUTIK Músico

"Tengo un buen repertorio y toco con sentimiento"

Carmen Morán Breña

Menudo embajador le ha salido a Soria con Vitali Lagutik, un músico ruso que ameniza con su acordeón la calle principal de esta ciudad castellana. Si María Jesús tenía a sus pajaritos, Soria tiene a Vitali y sus sanjuaneras, la música tradicional de la provincia. "Soria es una ciudad con mucho arte, mucha cultura y una buena gastronomía. Me gustaría que usted escribiera esto". ¿Por qué? Ahora contesta su mujer, Anastasia, también rusa: "Porque quiere traer mucho turismo a la ciudad". Vitali Lagutik pasó 14 de sus 32 años estudiando música en Rusia y ahora necesita que los viandantes depositen monedas en su gorra. A eso dedica varias horas de la mañana y de la tarde, pero la cosa no se queda ahí. Graba discos, da conciertos y alegra con su música acontecimientos de toda índole. Lo mismo está en el centro soriano de Zaragoza que en el de Cantabria, le contratan para poner un poco de marcha en geriátricos, para que se oigan sus notas en las iglesias, para acompañar a la banda de música de la ciudad... "No tenemos tiempo para crisis", dice Anastasia.

Este artista ruso saca adelante a su familia en Soria con su acordeón

En efecto, después de años pateando las calles y durmiendo en pensiones de media España, Vitali se estableció en Soria - "buena gente"- y ahí ha nacido su segundo hijo. El matrimonio está completamente integrado en el paisaje de la ciudad, hasta la policía les hace bromas. Vitali es ahora autónomo y con las ayudas regionales se ha comprado un acordeón más ligero que da para comer, pagar el piso y muchas otras cosas. Se resiste a decir lo que gana: "No es algo estable, hay meses muy buenos, muchas bodas, comuniones, fiestas, y otros más flojos", asegura. Cierto es, pero él ha sabido sacar cabeza en plena crisis y hacer de la música su medio de vida. Vitali y Anastasia crían dos hijos con holgura: "España nos ha regalado una nueva vida, estamos felices, contentos", dicen con un castellano aún mejorable. "Pero entendemos muy bien lo de la crisis, porque en Rusia el trabajo en la escuela de música solo nos daba 100 euros al mes y los precios son los mismos que en España".

No hay soriano que no conozca a este hombre, aunque a veces le confundan, porque tiene otro hermano, gemelo y músico como él, que trabaja en Zamora. Vitali es capaz de definir en breves pinceladas la razón de su éxito: "Tengo un buen repertorio, me pueden pedir cualquier canción popular española, o rancheras, o jotas, tangos, lo que sea. Mi nuevo acordeón simula también otros instrumentos, así que soy como una orquesta, pero siempre es más barato contratar a una sola persona. Además, yo animo mucho, bailo y toco, ¿cómo se dice?, con mucho sentimiento". Pues, olé.

Los muchos patrocinadores que adornan su último disco hablan de la soltura con la que se mueve Vitali de puerta en puerta, tantas como él se ha ido abriendo para despejar su situación económica, alejada ya de las magras ganancias de un músico callejero. Anastasia también trabaja los fines de semana en un hotel spa de la provincia. El resto del tiempo tratan de que sus hijos no pierdan la lengua materna y se pelean con la burocracia para convalidar sus estudios.

Pero están, sobre todo, felices. "El primer candado que se puso en el puente de San Saturio fue el nuestro, cuando nos casamos". ¿Y conocen a Antonio Machado? "Claro, claro, por supuesto", contestan los dos al unísono.

Vitali Lagutik: "No tenemos tiempo para la crisis".
Vitali Lagutik: "No tenemos tiempo para la crisis".MABEL GARCÍA

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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