Más de 30.000 personas claman por el futuro del naval en Vigo y Ferrol

La crisis ha congelado los pedidos militares a Navantia y Europa ha cerrado el grifo de los incentivos fiscales (tax lease) para la contratación de buques civiles. Ferrol y Vigo, las dos comarcas con mayor dependencia del naval, se echaron ayer a la calle en dos protestas multitudinarias para reclamar carga de trabajo, sanidad y educación pública frente a la política de severos "recortes y ajustes" del Gobierno y de la Xunta que ha dejado temblando los bolsillos de miles de gallegos y el futuro de centenares de empresas y subcontratas ligadas al sector.

A 13 días de las elecciones generales, CCOO, CIG y UGT aparcaron sus diferencias por primera vez en años y unieron fuerzas para reunir a miles de manifestantes. Unas 20.000 personas, según los sindicatos, se congregaron en la Puerta del Sol de Vigo bajo el lema "Vigo é traballo. Contra a especulación financieira e na defensa do emprego" clamando contra unas tasas de paro que consideran "escandalosas" para una zona industrial. Otras 10.000 personas se movilizaron en Ferrol, "una comarca que va camino de la bancarrota", en palabras de Xesús Pintos, portavoz de la CIG. La movilización ferrolana -8.000 manifestantes según la Policía Local y casi 30.000 por las cuentas de los sindicatos- fue tan atípica que colocó tras las mismas pancartas al comité de Navantia, a la plataforma vecinal por la sanidad pública y a los mariscadores de la ría junto a alcaldes, candidatos y parlamentarios de PP, PSdeG y BNG que compartieron reivindicaciones abstractas, pero no las fórmulas para ponerlas en práctica. Con los comicios al caer, ninguna formación se quiso descolgar de una protesta donde también se puede rebañar algún voto.

UGT, CIG y CC OO aparcaron sus diferencias a 14 días de las elecciones

La lista de exigencias que plantearon los manifestantes ferrolanos fue extensa y tocó casi todos los palos: carga de trabajo para Navantia, la construcción del dique flotante, la contratación de la sexta fragata F-100, el tren al puerto exterior, la finalización de la Vía de Alta Capacidad entre Ferrol y la Mariña lucense, el saneamiento integral de la ría y una encendida defensa de la sanidad y la educación pública frente a las fórmulas privatizadoras.

"Sobran razones para estar, lo raro es no venir", decía Alicia R, trabajadora del Sergas.

El alcalde de Ferrol, José Manuel Rey, y el presidente de la Diputación, Diego Calvo, encabezaron la comitiva del PP, que se diluyó muy discretamente entre la multitud junto a la delegada provincial de la Xunta, Belén Docampo y varios ediles populares. Justo en frente, se acomodó la delegación socialista con la parlamentaria Beatriz Sestayo y el alcalde de Ares, Julio Iglesias. A ambos partidos les tocó escuchar algunas consignas en su contra. El sector nacionalista estuvo representado por el candidato del BNG por A Coruña, Francisco Jorquera, quien manifestó que "no se van a rendir" ante el "veto político" de la UE que limita a Astano. "Era una convocatoria abierta y para nada censuramos la presencia de los políticos, pero todos sabemos quiénes tienen las competencias y la culpa directa", aseguró un portavoz sindical. El actor Luis Zahera leyó el comunicado que puso fin a la protesta con un balance muy negativo para enmendar tras el 20N: un 17% de paro y casi 10.000 habitantes menos que la década pasada.

En Vigo, los sindicatos aseguraron que hay 62.000 parados en la zona y temen llegar a 70.000 el año próximo con decenas de expedientes de regulación de empleo (ERE) en marcha. "2.500 parados más el último mes", resume José Cameselle, responsable de CCOO. La marcha coreó consignas contra el presidente de la Xunta y los banqueros.