El jazz de Málaga mira a Europa
El saxofonista Ernesto Aurignac abre un certamen que incluye un ciclo de cine
El Festival Internacional de Jazz de Málaga cumple 25 años. Un cuarto de siglo que celebra desafiando a la crisis -ha aumentado en cinco las actuaciones- y dirigiendo su mirada hacia Europa, con 10 de las 13 citas previstas hasta el 13 de noviembre a cargo de músicos y bandas del viejo continente. El saxofonista malagueño Ernesto Aurignac inaugura esta noche en el Teatro Cervantes el festival, al que acude con sus compañeros de cuarteto: el pianista José Carra, el contrabajista Dee Jay Foster y el batería Santi Colomer.
"Tanto yo como mis músicos conocemos bastante bien la tradición, pero hacemos jazz moderno conectado con el hard-bop pero de variados estilos, en los que también caben un bolero o una balada antigua", explica el saxofonista, que tocará temas propios y algunos standards arreglados por él mismo.
El certamen cuenta con la presencia de Maria João y Pasadena Roof
La compositora Irene Lombard estrena su disco 'Naturah'
Aurignac es uno de los saxofonistas españoles con más proyección internacional. Su inmersión en el jazz fue temprana, cuando a los ocho años recibió su primer saxofón. Ese regalo y el ambiente musical que vivió en casa desde pequeño, rodeado de discos de jazz de su padre, le llevaron a decantarse desde muy joven por este género musical. "Recuerdo que desde pequeño me llevaba al colegio un walkman con cintas de jazz que escuchaba en el recreo. Estaba loco por el jazz. Mis libretas de cuando estudiaba estaban repletas de anotaciones de discos de jazz, listas de músicas separados por instrumentos, dibujos... Era un tipo rarito en relación a mi círculo de amigos y compañeros de música, pero era el sonido que me emocionaba, que me hacía despertar un montón de sensaciones que otro tipo de músicas no lograban", recuerda Aurignac. Reconoce que la actuación de esta noche es muy especial: "He tocado en festivales de jazz de todo el mundo, pero no lo he hecho todavía con mi grupo en el Cervantes y en este festival, al que me traía mi padre cuando era pequeño".
Fan confeso del saxofonista Perico Sambeat y del pianista gaditano Chano Domínguez, con quien grabó un disco a dúo en 2009, Aurignac compagina su cuarteto con las actuaciones de otros tres proyectos propios: Sindicato Ornette, Ernesto Aurignac Saxophone Project y Ernesto Aurignac & José Carra dúo. Además, el instrumentista forma parte del actual espectáculo de Carlos Saura, Flamenco hoy, bajo la dirección musical de Chano Domínguez y que acaba de triunfar con un par de premios en el Concurso Internacional de Jazz de Palma 2011.
Tras la actuación de Aurignac le llegará el turno esta misma noche a la malagueña Irene Lombard, cantante y compositora que estrenará su debut discográfico, Naturah, y dará muestras de su eclecticismo: "Empecé haciendo rock, y luego me decanté por el r'n'b', pero siempre he dicho que los estilos sirven para expresar emociones. Mi disco está pleno de jazz: como vocalista soy soul, canto con el alma, pero la banda que me rodea es jazz", afirma. Y es que la cantante, confesa seguidora de Ella Fitzgerald y Nina Simone, define el género de la improvisación "como un lienzo donde pintar".
La presencia local en el festival la cerrará el Rosa Ruiz Jazz Quartet, que llenará de bossa y jazz la noche del jueves en el Teatro Echegaray.
Junto a ellos, el festival acercará a ambos teatros municipales a destacados músicos y bandas europeas de la talla de la heterodoxa cantante portuguesa Maria João (día 12) o el engrasado swing de una de las formaciones más veteranas y relucientes del circuito, la británica Pasadena Roof Orchestra (día 9). Tampoco faltarán figuras consagradas del jazz norteamericano como el trompetista Roy Hargrove, el pianista Randy Weston y la cantante de soul Bettye LaVette.
En esta edición se inaugura también un ciclo de cine y jazz compuesto por cinco títulos que se proyectarán cada tarde del festival (18.00) en el Cine Albéniz: Alrededor de la medianoche, de Bertrand Tavernier, cinta basada en las vidas de Lester Young y Bud Powell; Ascensor para el cadalso, de Louis Malle y banda sonora de Miles Davis; Música y lágrimas, de Anthony Mann, ambientada en la era del swing y en una de sus máximas figuras, Glenn Miller; Calle 54, de Fernando Trueba, sobre el jazz latino y Cotton club, con el sonido del jazz de los años veinte.
