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Columna
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España es así

El Consejo General de la Abogacía considera que las palabras pronunciadas por Gregorio Peces-Barba en Cádiz "no deberían haberse producido nunca" y los colegios de abogados de Catalunya las consideran una "banalización de expresiones que nos afectan directamente". Este tiempo no sólo nos descubre nuestra precariedad oculta bajo el consumismo y las expectativas exageradas de las últimas décadas, también desnuda a los personajes públicos.

Peces-Barba se sintió cómodo y en su propio campo ante el auditorio del Congreso Nacional de la Abogacía en Cádiz y le dio una vuelta a la sagrada unidad de España: "No soy pesimista. Estaremos en mejores condiciones que en otras épocas. No sé cuántas veces hubo que bombardear Barcelona (...) Creo que esta vez se resolverá sin bombardearla.(...) Yo siempre digo en broma, qué hubiera pasado si nos quedamos con los portugueses y dejamos a los catalanes. Quizás nos hubiera ido mejor". Como los abogados catalanes se sintieron ofendidos por su intervención y se levantaron para irse, Peces Barba añadió: "Que dejen salir a los que tienen que salir". Lo que arrancó un aplauso en buena parte de los demás asistentes ("la sala me aplaudió fuertemente", matizó).

"El reconocimiento de las nacionalidades históricas no es fruto del chalaneo de políticos dadivosos"

Entiendo que la clave es lo que sintieron aquellos abogados catalanes en una situación tan humillante, seguramente vergüenza, asco y rabia. Los nacionalistas españoles suelen quitar importancia a las demandas de la sociedad catalana o vasca, en el fondo consideran que los catalanes o vascos son moralmente inferiores y desconocen lo evidente: tienen, como mínimo, igual capacidad para sentirse ofendidos y el mismo sentido de la dignidad personal que ellos.

Sus palabras trascendieron de aquel público que le aplaudía en Cataluña causaron asombro, aunque él hizo ver que la prensa de Madrid no le había dado tanta importancia como la de Barcelona, pasó a dar explicaciones: fue "una broma". Y en la Cadena Ser a la periodista catalana Genma Nierga: "Háganselo mirar, me parece que ustedes no deberían ser tan susceptibles a las bromas". No creo que los catalanes le obedezcan, no hay constancia de que por ahora hayan acudido al médico para que les miren la susceptibilidad.

Esos hechos obligan a revisar la imagen establecida de la persona y del personaje pero, sobre todo, es muy ilustrativa de la total falta de sentido de la realidad española que tiene la práctica totalidad de los políticos e intelectuales madrileños. El lenguaje del personaje, un dueño hablándole a sus criados, lo dice absolutamente todo. Aunque a veces el dueño puede mostrarse cariñoso, "yo no lo diría nunca en serio y creo que he demostrado junto a mi familia el cariño que tenemos a Catalunya". No sólo es fobia a los distintos o el fondo violento y de rapiña, "no sé si quedarme con Portugal o con Cataluña" (que tendrán que pensar los portugueses de esos vecinos), lo desmesurado es la ignorancia, una hija amarga de la soberbia.

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La desenvoltura propia de un niño sin responsabilidad hizo que hablase con transparencia. Probablemente de ese modo inconsciente, reconoció a Catalunya como un sujeto independiente en la Historia, aunque sin renunciar a su propiedad nacida de una conquista militar: "el siglo XVII ha pasado y está ahí. Ahora Catalunya es parte de España y está muy bien como está". Es probable que a los catalanes, por su parte, también les apetezca opinar al respecto. Pero no hablaba un niño sino quien "un padre" de esta Constitución, quien reivindicó su papel en el proceso constituyente: "Yo fui clave para el reconocimiento de las nacionalidades históricas", ha asegurado. Ignorando la realidad histórica: el reconocimiento de las nacionalidades es el fruto de la lucha de la ciudadanía catalana, vasca y, en parte, gallega, no un regalo fruto del chalaneo de unos políticos dadivosos. Aquel Peces Barba que recordamos de principios de los setenta parece que o no se enteró de lo que ocurría fuera de su despacho o lo olvidó.

Hemos apoyado el sincero intento de Zapatero de articular federalmente una España plural, pero eso tristemente fracasó. El papel en que se escribió el pacto constitucional probablemente se lo fumaron tres magistrados del Tribunal Constitucional en los toros de Sevilla.

Después del pacto en el que se comprometieron los catalanes ("Llibertat, amnistia y estatut de autonomia") a través de sus organizaciones políticas vino el acuerdo entre PSOE y UCD para repartir "café para todos". Y eso sí está hoy cuestionado. Hay comunidades autónomas, creadas artificialmente, que no demandaban en su día el autogobierno y que ahora necesitan devolver competencias a la administración central. Pero eso no tiene que ver con Catalunya y Euskadi que tienen proyectos políticos propios y también la capacidad para enfrentarse a lo que se avecina: el intento de recentralizar el estado; la disculpa será la crisis. España es así y no tiene enmienda pero ¿y Galicia? Galicia hoy es el vacío.

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