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La mitad de los universitarios gallegos emigra

Un estudio alerta sobre la fuga de cerebros a otras comunidades

En los últimos siete años, 39.581 universitarios de todas las edades fueron contratados en otras comunidades españolas, aproximadamente la mitad de los que terminaron en ese periodo sus estudios en Galicia. El dato se incluye en el informe Deficiencias estructurales, emigración interregional y fuga de cerebros, escrito por los profesores de la facultad de Economía de la Universidade de A Coruña Federico Martín Palmero, Federico Martín Bermúdez y Fernando González Laxe. "Piense lo que ocurriría si la Xunta presupuesta 100 millones de euros para invertir en el aeropuerto del Prat en Barcelona: sería un escándalo. Esto es parecido pero no nos damos cuenta, hemos formado a todas estas personas pero nuestro tejido empresarial no tiene trabajo para ellas. Es más que preocupante", reflexiona Martín Bermúdez.

Una de las causas del éxodo son los salarios, de entre 800 y 1.000 euros

A Madrid llega el 39,2%. Le siguen Cataluña (el 12,5%), Andalucía (4,7%) y Canarias (4,2%). Son tanto mujeres (51%) como hombres, que en la mayoría de los casos no superan los 29 años. Cuatro de cada diez tienen entre 30 y 44 años y solamente un escaso 6% es mayor de 45.

"Parece detectarse un altísimo nivel de subempleo en el mercado interior [...] Prácticamente abandonan Galicia tras concluir su formación", detalla el texto, que fue presentado en el 51º Congress of the European Regional Science Association y seleccionado para su exposición en una sesión especial de ese foro. "En Galicia no hay empresas que puedan absorber la oferta de titulados. Tenemos un tejido que depende de la demanda, del sector servicios". El desplome del consumo, como ocurre ahora, hace el resto.

Los datos del informe parten de fuentes estadísticas, del Observatorio Ocupacional de Galicia y de la Axencia para a Calidade do Sistema Universitario. No contabiliza a las personas que se marchan al extranjero ni a las que aprueban una oposición en otras comunidades. "Con ellas el dato sería aún peor", intuye Martín Bermúdez.

Lo que los autores llaman "tercera emigración" está expulsando recursos humanos a marchas forzadas, una tendencia que genera una cadena de efectos negativos. "Las mujeres más jóvenes que terminan la carrera son las primeras en irse. Eso agrava el decaímiento demográfico", añaden los autores.

Una tendencia generalizada que detectó la investigación es que, una vez finalizada la formación, "poco más del 42%, en el caso más favorable, accede al mercado de trabajo". "No cabe duda de que las condiciones de éste hacen optar por alternativas más seguras para, en un futuro, recuperar el coste de oportunidad perdido". Continuar en la facultad o preparar oposiciones se ha convertido en una prioridad frente a la opción residual del autoempleo. Los que se quedan se enfrentan a un panorama desolador. Los investigadores determinaron que buena parte de los que trabajan por cuenta ajena se encuadran dentro de la "economía irregular": en algunos periodos de la década, más del 21% no estaba dado de alta y el 4% carecía de contrato. El dato sobre los salarios reales medios detectados, de entre 800 y 1.000 euros mensuales (período 2001 al 2007), completa el círculo vicioso de un desastre apenas analizado que evidencia que el sistema productivo gallego tiene enormes déficits.

En las conclusiones, el equipo de la UDC alude a un párrafo de otro informe, del científico José Manuel Sánchez Ron, sobre la contribución de los jóvenes españoles -"frustrados, en el paro"- a la ciencia de otros países: "Si a esta nueva emigración se le llama globalización, entonces ¡maldita globalización!"

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