Los discípulos de Beristain

"Su espíritu de libertad", "las metáforas que empleaba para provocar y plantear cuestiones", "su generosa humanidad", "su compromiso por las víctimas y las injusticias". Estos son algunos de los rasgos que definían la persona y el trabajo del jesuita Antonio Beristain (Medina de Rioseco, Valladolid, 1924-San Sebastián, 2009), catedrático emérito de Derecho Penal y fundador en 1976 del Instituto Vasco de Criminología. A esos rasgos hay que añadir los de defensor a ultranza de los derechos humanos y uno de los más destacados criminalistas españoles.

Sus colegas, discípulos y amigos le rindieron ayer homenaje en San Sebastián en el acto inaugural del Encuentro Internacional sobre Justicia Victimal, que se clausura hoy.

Ibarra: "Si se apaga la luz de las víctimas pueden vencer los liberticidas"

Galardonada una investigadora italiana por un trabajo sobre el terrorismo de ETA

José Luis de la Cuesta, actual director del instituto y presidente de la Asociación Internacional de Derecho Penal, destacó lo provocadoras que eran sus clases de esa disciplina. "No quería que los alumnos reprodujesen las 100 ideas que daba. Buscaba generar inquietud, reflexión, hasta que se llegaba a momentos tensos de debate", indicó.

Beristain luchó igual contra el franquismo y contra ETA. Y por hablar alto y claro tuvo que llevar escolta. Mucho antes de que la sociedad vasca empezase a mirar a la cara a las víctimas, ya trabajaba por que "no fueran revictimizadas por el olvido. Sin juzgar, quería despertar las conciencias sociales para que miraran a través de las pupilas de las víctimas", añadió Cuesta.

Como "gran defensor de la justicia restaurativa" le recordó Tony Peters, presidente de la Sociedad Internacional de Criminología. "Era un maestro en el arte de alimentar la comunicación y el debate público sobre el papel de la criminología y la victimología en la sociedad actual", señaló.

El presidente del Tribunal Superior, Juan Luis Ibarra, habló de que "el recuerdo" dota de sentido al significado actual de la expresión víctima del terrorismo "en la medida en la que aporta una viva luz". Sin embargo, advirtió de que "si se apaga esa luz los liberticidas de ayer pueden vencer de nuevo, esta vez en la batalla por la memoria de la verdad de lo ocurrido".

Ibarra recordó que durante el curso 1966-1967, Beristain, que entonces era profesor en la Universidad de Deusto, les llevó a la cárcel de Pamplona: "Fue una experiencia enriquecedora, la única práctica que tuvimos. Siempre estaba en contacto con la realidad".

El acto sirvió también para que Agata Serranò, investigadora italiana en análisis y prevención del terrorismo en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, recibiese el primer Premio de Investigación Victimológica Antonio Beristain, con un trabajo sobre las víctimas del terrorismo de ETA. "Es un honor", reconoció ayer emocionada la politóloga tras recoger el galardón.