Pasaia se fija un plazo de un año para lograr los permisos del puerto exterior

El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Pasaia aprobó ayer un nuevo Informe de Sostenibilidad Ambiental (ISA) que vuelve a decantarse por la construcción de un puerto exterior, una plataforma de 100 hectáreas adosada al monte Jaizkibel que tendría un coste de unos 750 millones de euros. Es la misma opción que hace menos de un año recibió numerosos reparos por parte del Ministerio de Medio Ambiente. La dirección del puerto espera salvar esta vez todos los obstáculos medioambientales y recibir el visto bueno definitivo al proyecto a finales del año que viene, calculó su presidente, Lucio Hernando.

La versión revisada del ISA da respuesta a las más de 1.000 alegaciones recibidas al documento anterior. Somete a estudio y compara cuatro soluciones: tres mantienen, con variantes, la actividad en el interior de la bahía y la cuarta es la del puerto exterior. La Autoridad Portuaria considera que las tres primeras invalidad la regeneración integral de la bahía y limitan el crecimiento económico de la infraestructura. El análisis comparado da como resultado que la dársena a mar abierto es la mejor opción ambiental y económica. El informe modificado se someterá ahora a información pública y posteriormente se elaborará, conjuntamente con el Ministerio de Medio Ambiente, la memoria ambiental del Plan Director de Infraestructuras, sobre el que emitirá su veredicto final el Ministerio de Fomento.

La Autoridad Portuaria rechaza tres variantes sobre el puerto interior

Hernando compareció ante los medios acompañado por el director del puerto, Gregorio Irigoyen, y el jefe de Planificación y Proyectos, César Salvador, para desechar la opción consistente en dejar el puerto tal cual está y la que contempla algunas mejoras en las actuales instalaciones. "Son muy arriesgadas y plantean muchas incertidumbres", apuntó Salvador. La tercera solución pasaría por ensanchar hasta 200 metros la anchura de la bocana, lo que a su juicio resulta "inviable" porque exigiría unas "inversiones descomunales" de unos 850 millones.

Los responsables del puerto defendieron la necesidad de ejecutar el nuevo proyecto portuario, sobre el que se viene discutiendo más de una década. La dársena exterior provocará impactos medioambientales "compatibles e indirectos", dijo Salvador, quien aseguró que se minimizarán con "medidas correctoras y compensatorias" que supondrán el 10% del coste de la futura infraestructura. "No habrá dificultades para conseguir su aprobación", pronosticó.

Hernando restó importancia al rechazo frontal que ha dado el Gobierno foral de Bildu a este proyecto, porque la situación política de Gipuzkoa es "muy volátil" y "nadie sabe" lo que puede pasar dentro de 10 años. El diputado general, Martin Garitano, se reafirmó en que debe abandonarse el plan del puerto exterior para "dar prioridad" a la reforma urbana de la bahía. Esta regeneración, opinó el mandatario, es compatible con el mantenimiento de la actividad portuaria en el interior en mejores condiciones que las actuales.

El colectivo ecologista Jaizkibel Bizirik! criticó la "obstinación" de la Autoridad Portuaria con "un proyecto absurdo" que supone "un atentado ecológico de gran magnitud". "Cuando se dice que no afecta al LIC Jaizkibel se está mintiendo, porque se cementa y rellena la parte más valiosa del mismo, los acantilados", criticaron en un comunicado.