Indemnización por despido
Oír a un premio Nobel de Economía decir que la solución del desempleo es el contrato único, y que hay que prescindir de la indemnización por despido, da pánico; y él es quien más sabe de economía. ¡Así nos va!
¿Dónde hay que firmar para que al prescindir de mi derecho adquirido a mi indemnización por despido y conmigo el resto se creen tres millones de puestos de trabajo? Creo que este Nobel desconoce España, su historia empresarial y su peculiar economía.
Este año el turismo ha ido bien. ¿Por qué no ha repercutido en el empleo? Creo que todos lo saben pero no se quieren poner los medios; como en muchos otros casos, creo que se llama fraude y economía sumergida.
Es notorio que España es un país de defraudadores, donde se calculan fríamente posibles porcentajes de economía sumergida incluso por los Gobiernos; muy pocas empresas hay sin doble o triple contabilidad y en muchos casos el dinero termina en paraísos fiscales de lo que también se aventuran cifras altísimas. Las empresas muy grandes, además de todas las exenciones fiscales y subvenciones, sitúan su sede en el país que les es menos gravoso. La gente corriente prefiere las facturas sin IVA. Los controles son insuficientes y paternales, cuando se descubre un fraude los culpables siguen en su sitio y el dinero muchas veces no se devuelve.