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Columna
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Recetas

Puesto que los candidatos a las próximas elecciones andan buscando recetas creíbles para salir de esta maldita crisis, y, por lo que se ve, sin mucho éxito, les ofrezco gratis las cinco medidas que, en mi opinión, serían suficientes para conseguirlo. Primera, que una parte del fondo de rescate europeo se utilice de inmediato para la reactivación de las economías más estancadas, financiando, aunque solo sea a cuenta, los grandes proyectos de inversión programados para los próximos años en aquellos países que se encuentran más cercanos a la recesión (como España), única manera de detener el círculo vicioso: recesión, contracción del gasto público, recesión... en el que nos hemos instalado. Segunda, que el BCE reduzca aún más los tipos de interés y suministre la liquidez que sea necesaria (el peligro no es ahora la inflación, sino la deflación) con el fin de aliviar las restricciones del crédito y contribuir a reducir la prima de riesgo. Tres, que se acuerde la creación inmediata de una Agencia Europea de Calificación realmente independiente que sea la referencia única del riesgo crediticio en la Eurozona. Cuarto, que se intensifique la política regulatoria en el sistema financiero para evitar futuros desmanes en bancos y cajas. Y cinco, que se logre un acuerdo efectivo en el G-20 para la imposición de una tasa Tobin a los movimientos de capital a nivel mundial, así como para la desaparición de los paraísos fiscales con plazos concretos de ejecución. En suma, lanzar una ofensiva completa desde el lado de la Política contra el poder omnímodo que hasta ahora ha tenido, y aún hoy tiene, el mundo financiero en todas sus vertientes.

Estas medidas, naturalmente, no eliminarían la necesidad perentoria que tienen autonomías y ayuntamientos españoles de racionalizar sus estructuras administrativas, proceder a la poda del desmesurado gasto superfluo en el que han incurrido, y asumir sus obligaciones de pago con un mínimo de dignidad; como tampoco eliminaría la necesidad de continuar con las reformas ya emprendidas. Pero de esta crisis no se saldrá con recetas caseras ni con el cínico voluntarismo del que hace gala algún candidato (Rajoy, en particular) hablando siempre del drama del desempleo como si de él dependiera su solución. A estas alturas ya debería saber que la única medicina efectiva contra el paro, tras una recesión, es la de aumentar la demanda de bienes y servicios en el marco de un sistema crediticio que funcione con normalidad, y que ninguna de ambas cosas está al alcance de su mano.

Porque, se diga lo que se diga, el verdadero origen de esta agonía inacabable que padecemos, no está en el tan cacareado "desgobierno" de Zapatero, sino en haber consentido que unos líderes europeos, sin capacidad para serlo, lleven la batuta de una orquesta que desafina en todas sus líneas. Razón por la cual, gane quien gane las próximas elecciones, lo más sensato que puede hacer es buscar aliados en la eurozona, instalarse en Bruselas, e intentar cambiar el rumbo de las cosas. Todo lo demás, se parecerá mucho a la pura demagogia.

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