Una filtración reventó las escuchas policiales al diputado del PP gallego
Javier Escribano presumía de que sus gestiones en la Xunta ya daban frutos
La investigación del juzgado de instrucción número 3 de Ferrol iba sobre ruedas. Empezó por una denuncia de la Asociación Gallega de Áridos contra el empresario Fermín Duarte, al que acusaba de comercializar residuos potencialmente contaminantes, como conglomerado asfáltico. Pronto, los pinchazos telefónicos de la policía dieron con la pista del diputado del PP en el Parlamento gallego, Javier Escribano. El pasado sábado, Escribano dimitió después de que un tribunal viera indicios de tráfico de influencias y cohecho en su comportamiento.
Decenas de conversaciones en manos del juez relacionaban a este parlamentario con el empresario. No solo las charlas que prueban el regalo de un Porsche por parte del industrial al político del PP; también otras en las que, según el atestado, pactaban comisiones ilegales. Agentes de la brigada especializada en delitos económicos de la policía que investigan el caso se sorprendían de la locuacidad de sus protagonistas. Fue entonces cuando parte de la causa fue trasladada del juzgado ferrolano al Tribunal Superior de Justicia de Galicia, dada la condición de aforado del diputado del PP. Y a partir de ese momento, la actitud de Escribano cambió.
En una de las últimas conversaciones jugosas que le grabaron, contó a una amiga que el presidente provincial del PP, Carlos Negreira, le había advertido de que estaba siendo investigado por corrupción, que tenía el teléfono pinchado y que un periodista de EL PAÍS disponía de la información. En aquel momento, este diario no conocía la existencia de la investigación judicial.
Tras hacer esa confesión a su amiga, Escribano dejó de hablar por su teléfono móvil. Justo en el momento en que había empezado a presumir de que sus gestiones para que Administraciones del PP facilitasen la venta de los residuos a Duarte -como la Consejería de Industria de la Xunta y la Diputación de A Coruña- daban sus frutos.
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