Irlanda elige como presidente al laborista Higgins
El histórico dirigente del Sinn Féin Martin McGuinness quedó tercero
El veterano laborista Michael D. Higgins ganó con inesperada facilidad las elecciones presidenciales de Irlanda, que se celebraron el jueves pero no empezaron a escrutarse hasta ayer. Su máximo rival, el empresario Seán Gallagher, dio por perdida la batalla electoral a media tarde, horas antes incluso de que se dieran a conocer oficialmente los resultados del primer recuento.
A esas horas los resultados parciales ya otorgaban a Higgins más del 40% de los votos, casi el doble que a Gallagher y el triple que a Martin McGuinness, el número dos del Sinn Féin y tercero en discordia en estos comicios.
Aunque el cargo de presidente es meramente protocolario, Irlanda ha vivido quizás la campaña más enconada de su historia en unas presidenciales. Gallagher llegó a la recta final de esa campaña como claro favorito, pero en el último gran debate electoral, el lunes pasado, no supo explicar con claridad y franqueza su papel como intermediario en al menos una donación al Fianna Fáil, el histórico partido irlandés que ahora ha caído en desgracia por los terribles efectos de la crisis financiera.
Defiende la igualdad de las mujeres, el divorcio y los anticonceptivos
Aunque fue McGuinness quien acorraló a Gallagher en ese debate, ha sido Higgins el gran beneficiado. El empresario dio a media tarde por perdidas las elecciones y felicitó al veterano laborista. "Le agradezco sinceramente el carácter positivo de su campaña", declaró Gallagher.
El sistema electoral irlandés es muy complejo porque los votantes pueden expresar el orden de preferencia de los candidatos y se van produciendo recuentos hasta que uno obtiene la mayoría absoluta, la ventaja de Higgins es tan grande que es prácticamente imposible que alguno de sus contendientes pueda superarle. El primero en felicitarle fue el activista gay y senador David Norris, que ha obtenido en torno al 10% de los votos y que ya por la mañana auguró a la vista de los primeros resultados que ganaría Higgins. A primera hora de la tarde ya empezó a cantar victoria el líder laborista y ministro de Asuntos Exteriores, Eamon Gilmore, que calificó entonces de "bastante seguro" el triunfo de Higgins.
Nacido en Limerick en una familia humilde, Higgins tiene 70 años y pasa por ser un político apasionado y respetado, aunque ha ejercido pocos cargos de responsabilidad en el Gobierno porque su partido, el Laborista, ha llegado muy pocas veces al poder en un país tradicionalmente dominado por un electorado muy conservador. Su acción política se ha basado en la batalla de las ideas y en la defensa de un cambio progresista, de la igualdad de las mujeres y de los sistemas contraceptivos, el divorcio o los derechos de las personas con discapacidad. En el plano internacional ha sido muy activo en el apoyo a proyectos de ayuda en países como Nicaragua, El Salvador, Camboya, Irak, Somalia o Chile.
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