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Crónica:ZARAGOZA 0 - VALENCIA 1 | FÚTBOL | Décima jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Jordi Alba pone la chispa

El internacional del Valencia resuelve una jugada aislada para reducir a un Zaragoza insípido

Jordi Quixano

Dos remates a portería se contabilizaron en todo el partido. Una fabulosa tijereta de Soldado que se desgastó durante la trayectoria hasta perecer en las manoplas de Roberto; y un oportuno toque de puntera de Alba, forzado y dentro del área chica, que desacreditó la salida de Roberto, que acabó en gol. No hubo más porque el duelo, tan desabrido como desangelado, bien se pudo jugar sin porterías, empecinados los equipos en atender al retrovisor antes que al frente. Nada del Zaragoza y lo mínimo del Valencia, rubricado por Banega, que parece jugar solo, y secundado por la inspiración de Alba, la pillería también, que acabó por decidir el encuentro.

Si hubo fútbol, en cualquier caso, fue al compás de Banega. Baila el Valencia al ritmo de sus pasos, casi siempre atinados, aunque a veces demasiado pausados y, sobre todo, incomprendidos. Es el medio centro una batuta armoniosa, multiplicada por la necesidad, porque en el equipo no hay otro con su toque y visión periférica, con su facilidad para enlazar las líneas y descontar rivales a través del pase. Su pie vale por dos o por tres, pero su juego no encuentra profundidad, acompañamiento ni asociación. Piatti no busca las cosquillas a los rivales sin el balón, sino que aguarda a absorberlo para trazar el quiebro, decisión dudosa porque el rival siempre le encima; Feghouli, voluntarioso, corre más que Pablo, pero no conecta con nadie y menos resquebraja las zagas rivales, torpe como pocos; y Parejo estuvo sobre el tapete, pero no lo pareció, una tónica que irrita sobremanera al aficionado valencianista, que parece haberle cogido ojeriza en 198 minutos. Resultado: Banega, cómodo con el pase horizontal, se exige asistencias demasiado verticales, demasiado improbables.

ZARAGOZA 0 - VALENCIA 1

Zaragoza: Roberto; Efraín Juárez, Mateos, Da Silva, Paredes; Ponzio, Meira; Barrera (Juan Carlos, m. 62), Rubén Micael (Lafita, m. 56), Luis García; y Postiga (Jorge Ortí, m. 76). No utilizados: Leo Franco; Lanzaro, Zuculini y Edu Oriol.

Valencia: Guaita; Bruno, Dealbert, Víctor Ruiz, Jordi Alba; Topal, Banega; Piatti (Jonas, m. 60), Parejo (Mathieu, m. 46), Feghouli; y Soldado (Aduriz, m. 84). No utilizados: Diego Alves; Barragán, Tino Costa y Albelda.

Árbitro: Velasco Carballo. Mostró la cartulina amarilla a Meira, Víctor Ruiz, Feghouli, Mateos, Paredes, Mathieu.

Goles: 0-1. M. 82. Jordi Alba resuelve un pase de Bruno.

La Romareda. 35.000 espectadores.

El equipo de Emery baila al son de Banega, casi siempre atinado, a veces incomprendido

De poco sirve que Soldado tire desmarques, desatendido por completo. Le suele alcanzar con su oportunismo, con su remate puntual. No así en La Romareda porque por no haber, no hubo ni centros desde el costado, con Alba -hasta que entró Mathieu por Parejo- y Bruno atornillados en la zaga, con Feghouli y Piatti descolocados. Un balón colgado al área llegó y una chilena se marcó.

Para el Zaragoza el fútbol es todavía más rudimentario y raquítico. No le seduce el juego engalanado -más allá de las filigranas rematadoras de Postiga- ni el pase reiterativo como argumento, sino que, inflexiblemente, hace una versión del acordeón. O, lo que es lo mismo, los trescuartistas y el delantero reculan para recibir el cuero -en lo que se entiende como una forma de arrastrar hacia delante a la defensa rival, a ver si pica-, lo devuelven y se giran para retar al zaguero a una carrera. Ante el Valencia, como la mayoría de equipos, que no tienen problemas en defender en campo propio, no funcionó la argucia. Ni un disparo a portería del Zaragoza, más allá de las dos cesiones involuntarias de Víctor Ruiz, de dos sobresaltos.

Sentado Parejo, Mathieu cogió el lateral y Alba se adelantó unos metros. No centró ni estiró el campo, pero sí que atendió con éxito a ese pase-palanca de Bruno por encima de la zaga. Lo atacó Efraín Juárez demasiado pronto y Alba, astuto, chisposo, le metió la cadera para desestabilizarlo, para ganarle la posición. Balón que bota, pasa sobre Juárez y remate con la punta de Alba. Un gol.

Jauja para el Valencia; demasiado para el Zaragoza.

Feghouli y Efraín Juárez se disputan la pelota.
Feghouli y Efraín Juárez se disputan la pelota.LLUÍS GENÉ (AFP)

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