El condenado "honrado"

Miguel Osuna pasó de ser subdelegado del Gobierno en Cádiz a delegado de la Zona Franca. Confesó que aspiraba a ganar en calidad de vida. Recuperaba fines de semanas, tendría horario de oficina y, supuestamente, menos quebraderos de cabeza. Pero la Zona Franca le ha dado los mayores disgustos. Llegó para mejorar la imagen del recinto fiscal, tras los escándalos de Rodríguez de Castro, pero ha quedado implicado en sus acciones e incluso tuvo el suyo propio, Quality Food.

"Osuna fue contratado para arreglar los desmanes de una casa que era un desastre. Vino para limpiar la mierda". El abogado del exdelegado de la Zona Franca, José Luis Ortiz, perdió a su cliente por este arranque de sinceridad en un juicio en el que Osuna demandaba por atentado al honor a un diputado del PSOE que le llamó corrupto. El dirigente del PP cambió de letrado tras esta contundente frase, que ponía al descubierto que su misión era despejar de irregularidades el recinto.

Osuna desterró el lujo de su antecesor e impuso su imagen cándida y transparente. Pero la justicia cree que no hizo bien su trabajo. Según el Tribunal de Cuentas, no solo miró hacia otro lado sino que autorizó pagos y continuó negocios perjudiciales para las arcas públicas. "No hubo intención pero sí una grave negligencia", dice la sentencia. Y pone un ejemplo claro. En los primeros meses de su mandato, se ausentó continuamente para asistir a un curso de especialización de la Agencia Tributaria, algo impropio, según el tribunal, de quien debía poner orden.

En la etapa de Osuna, el PP apoyó a bombo y platillo el nacimiento de Quality Food, una empresa de catering que en poco tiempo se hizo con numerosos contratos públicos. La dirigía Manuel García Gallardo, que venía de Nuevas Generaciones y que fue presentado por el PP como un "modelo a seguir". Les salió rana. La Zona Franca terminó comprando la mayoría de acciones tras destaparse numerosas irregularidades. El empresario defiende su inocencia y, en su día, acusó a Osuna y al PP de haberle utilizado para hacerse la foto. García Gallardo llegó a decir que Osuna quería haberse jubilado en su empresa.

El PP siempre ha defendido a Osuna. En plenos escándalos le entregó el premio Popular del Año y cada vez que algún dirigente hablaba de él lo hacía para destacar su honradez. El Tribunal de Cuentas le acaba de condenar como responsable contable de varias irregularidades. Los apoyos a Osuna ya no son tan efusivos pero el PP le sigue dando cobijo.