El azar y el Real Madrid
Qué caprichoso es el azar! La suerte, la fortuna que ya sabemos que es ciega, ha querido que millones de euros públicos lluevan sobre el Real Madrid siempre que lo preside Florentino Pérez. Si a comienzos del siglo XXI el albur obligó al presidente de ACS a la pesada carga de gestionar los cientos de millones que al club le había reportado la generosa decisión del Ayuntamiento madrileño de permitir la permuta de los terrenos de la prolongación de la Castellana con otros de Valdebebas -¿alguien advierte alguna diferencia entre ambos?-, hoy, la misma providencia que todo lo vigila nos ha sorprendido con uno de esos golpes que demuestran el aura que poseen los seres superiores, que dijo en su día Emilio Butragueño.
Y es que el Ayuntamiento madrileño se ha dado cuenta ahora, en 2011, de que en 1998 cometió un lamentable error. Cedió entonces una parcela al Real Madrid, en un secarral de Valdebebas, que en aquellos momentos se tasó en 488.000 euros, cuando era legalmente imposible hacerlo, ya que era de uso deportivo de carácter básico y, por tanto, nunca podría pasar a manos privadas. Ahora, observen lo caprichoso que es el destino, el Ayuntamiento madrileño considera que aquella joya de la naturaleza y sublime paisaje se puede valorar hoy, 13 años después, en unas 46 veces más, 22,7 millones. Así que para culminar esta rueda de coincidencias tan extraordinarias, esa valoración se aproxima tanto, tanto, a la deuda que tiene el Real Madrid con el Ayuntamiento que esta ha quedado a cero.
Conocen ustedes algún caso en el que una Administración estatal, autonómica o municipal reconozca de tan buen grado un desafortunado error, y sin que los tiempos de crisis que ahora nos anegan les intimide, le suelten a un particular más de 20 millones de euros?
Nada, pues, podrá extrañarnos que ahora, en breve, el Real Madrid reciba la autorización pertinente para que se cambie el plan urbanístico que rige la zona del estadio Santiago Bernabéu y se quede con el solar entre el coliseo y el paseo de la Castellana. El vicealcalde Manuel Cobo, sabedor de que es imposible luchar contra la diosa Fortuna, ya ha declarado que estará encantado de ver construido ese "hito de modernidad".
Pura suerte, mera coincidencia.
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