El Ejército turco irrumpe en el norte de Irak tras el brutal ataque del PKK
Erdogan moviliza 10.000 soldados contra campamentos de la guerrilla kurda
A pesar de las llamadas a la calma del Ejecutivo tras el brutal ataque de la guerrilla separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdista (PKK) de la madrugada del martes, el Estado Mayor turco anunció a mediodía de ayer la movilización de 22 batallones en cinco zonas a lo largo de la frontera iraquí. El objetivo, acabar con los últimos refugios del PKK en las montañas del Kandil en el norte de Irak.
La televisión turca mostraba ayer por la tarde la entrada de los tanques en territorio extranjero. Días antes, las autoridades de la región autónoma del Kurdistán iraquí habían comenzado a evacuar a la población de la zona para evitar la muerte de civiles en caso de una incursión turca.
Ankara ha enviado comandos de fuerzas especiales con apoyo aéreo
En ese momento todavía no se preveía una represalia de Turquía, que llegó tras el ataque de centenares de guerrilleros kurdos a varios puestos del Ejército en la provincia suroriental de Hakkari. El saldo final de una de las peores matanzas de las últimas décadas fue de 26 soldados muertos y 18 heridos.
"La organización terrorista se ha suicidado", dijo el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, tras dar a conocer la operación, en la que participan alrededor de 10.000 soldados.
En un comunicado publicado en su página web, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas turcas precisó que en la ofensiva se han desplegado "22 batallones de comandos de las fuerzas espaciales del Ejército y la Gendarmería con amplio apoyo aéreo". Erdogan prometió informar sobre el resultado de las operaciones "tan pronto se reciba información", pero quiso destacar que su objetivo era "obtener resultados".
No es la primera vez que fuerzas de Turquía penetran en suelo iraquí en busca de guerrilleros. En 2008, 10.000 militares turcos destruyeron siete bases del PKK en las montañas del norte de Irak. Pero la presión internacional, especialmente de EE UU, forzó su repliegue en pocos días.
La zona de incursión, la región autónoma del Kurdistán iraquí, tolera la presencia de los guerrilleros del PKK en las montañas del macizo Kandil, en la triple frontera de Turquía, Irak e Irán. Sin embargo, en esta ocasión no se esperan protestas del Gobierno de Bagdad. Erdogan, que ayer se entrevistó en Ankara con Nechirvan Barzani, sobrino del presidente del Kurdistán iraquí, Mashud Barzani, y dirigente del Partido Democrático del Kurdistán, aseguró que la Administración del norte de Irak deseaba cooperar con Turquía. En una rueda de prensa celebrada antes de la reunión, Erdogan dijo que él mismo había llamado a Barzani y que consideraba posible que los peshmergas (milicianos) kurdos del norte de Irak trabajen junto al Ejército turco en su lucha contra el PKK.
Estados Unidos, que aún mantiene una destacada presencia militar en Irak y que cuenta con importantes bases aéreas en el norte del país, ha exigido contención a las fuerzas turcas para evitar daños a la población civil, y se ha comprometido a colaborar con el Estado Mayor de Ankara para facilitar información de sus servicios de inteligencia sobre las bases del PKK. A pesar de su solicitud, no se espera que Ankara dé marcha atrás sin antes acabar con el mayor número de bases del PKK. Con EE UU planeando la retirada de sus tropas de Irak, Ankara espera contar con tiempo suficiente para poder dañar gravemente las infraestructuras de la guerrilla en Irak.
Mientras, en la calle, el sentimiento nacionalista ha aflorado tras la matanza. En Estambul, los taxistas bloquearon el miércoles algunos puentes de la ciudad e hicieron sonar sus bocinas en señal de duelo. Mientras, los barrios kurdos de la ciudad fueron cercados por la policía para evitar enfrentamientos con grupos ultranacionalistas turcos.
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