El fuego se desmanda en Maceda y evacúa a los vecinos de madrugada
La sierra de San Mamede se suma a la lista de los grandes incendios forestales
Marisol Vázquez, su marido, su suegra y las 12 vacas que dormían en el cobertizo salieron en estampida de su casa de Calveliño do Monte (Maceda) a las cuatro de la madrugada del martes. Un fuego descontrolado en la Serra de San Mamede llamó a las puertas de su vivienda al mismo tiempo que la Guardia Civil. "Si nos quedamos unos minutos más, morimos todos abrasados". Dos horas antes se iban a dormir tranquilamente tras dar por controlado el fuego que acechaba el pueblo y que los brigadistas de la Xunta había intentado dominar junto a los vecinos. Pero se desmadró. "Esto no se olvida, no se olvida", repite Marisol apostada en el balcón de su casa desde donde solo divisa el tizón cubriendo el perfil del bosque.
Solo quedan las casas, el ganado y la gente en pie. Nada de naturaleza viva
Las previsiones de que el fuego se calme son escasas porque no lloverá
Desde Pías hasta Santirso -el pueblo anterior a Calveliño- hay un largo camino en coche y todo es devastación. El fuego tomó la comarca. Los árboles, fundamentalmente carballos, que aún no son ceniza, arden como chimeneas con el fuego bramando en su interior. Brasas y humaredas cubren la mayor parte del camino acechado, en el horizonte, por grandes columnas de humo que avisan de que la batalla aún continúa. La Consellería de Medio Rural anotó ayer este fuego como "gran incendio forestal", clasificación destinada a los que superan las 500 hectáreas calcinadas. Se suma a los del Macizo Central y del Xurés que, pese a la intervención de los medios del Ejército y del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MAR), siguen ganando terreno al espacio protegido de esta provincia.
Domingo González lleva de paseo un perro y un par de ovejas por el monte calcinado de su aldea de Castro. Ahí "ardió casi todo". Esto es, las 1.600 hectáreas de monte que rodean el pueblo. En este caso, los vecinos llevaban desde el viernes en una lucha imposible contra el fuego. Intentaron dominarlo, como en otros puntos de la provincia, con ramas y tractores. "Llamamos para pedir ayuda pero nos dijeron que no había brigadas disponibles", cuenta el vecino. No pudieron con él. Las llamas se apoderaron de una granja de vacas que fueron evacuadas a tiempo y rodearon otra que alberga 600 ovejas. Domingo se quedó sin los 40 castaños que había plantado hace seis años. En la aldea solo queda el ganado, las casas y sus ancianos habitantes en pie. Ni rastro de naturaleza viva. Los 17 vecinos se dan por satisfechos con haber conseguido "tornar el fuego hacia Escuadro" (donde ardieron 490 hectáreas, según la Xunta) y salvar la vida y los muebles. Asolado este monte, el fuego giró hacia Pías, en donde "no lo dejaron entrar" y de ahí se marchó poderoso hacia Santirso y Calveliño.
A última hora, la Xunta estimaba en 1.100 las hectáreas arrasadas en Santirso, un fuego ya controlado. Ni una sola brigada, ni un medio aéreo, ni un vehículo contraincendios a lo largo del trayecto. Solo los esqueletos cenicientos de los árboles y los generadores eléctricos para suplir la falta del tendido que el fuego engulló en esa aldea.
Las llamas no solo han llegado aquí. La frondosa comarca de Maceda es, de un extremo al otro, un páramo ennegrecido. Como buena parte de la provincia, convertida en un frente inabarcable para los medios de extinción: ayer se registraron incendios en casi la mitad de sus 92 municipios. Mientras el Gobierno central informaba de que la convocatoria para hoy de la reunión del comité de prevención de incendios de Galicia para coordinar sus actuaciones con la Xunta (que descarta reunir el gabinete de crisis) el fuego se desmandaba en otro punto del Parque Natural do Xurés (As Fragas, en Lobeira, en donde ya se había cebado hace una semana) y arrasaba 100 hectáreas protegidas hasta el momento, según datos de los servicios contraincendios. Al mismo tiempo, seguía activo el gran fuego del Macizo Central, que comenzó hace nueve días, pese a la ingente cantidad de medios aéreos del Estado y de la Xunta.
Medio Rural reconoce que han ardido 1.800 hectáreas en Manzaneda, en el Macizo Central, y 1.000 en Lobios, un municipio asediado por el fuego desde el 1 de octubre. Y las previsiones de que el fuego se calme son escasas: no lloverá. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) anuncia que, extraordinariamente, prorrogará por primera vez los trabajos de sus brigadas más allá del 15 de octubre, dadas las previsiones climatológicas.
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