...Y Messi, tan tranquilo

Dice Pep Guardiola que a Messi hay que verle, no hablar de él, para explicar su juego. Bueno es también verle de vez en cuando por la sala de prensa porque da una medida de su evolución y de cómo lleva lo de ser considerado el mejor futbolista del mundo.

En esas..., aparece, se sienta y sonríe tan tranquilo mientras 14 fotógrafos le acribillan al comparecer en las entrañas del Camp Nou. No lo hacía desde la semana previa a ganar su tercera Copa de Europa, en abril. Entonces no se inmutó ante el reto. Ayer, tampoco. "No me incomoda estar aquí", dijo cuando se le preguntó. De hecho, no daba esa sensación: respondió a 19 preguntas durante los 23 minutos que duró el acto con la misma tranquilidad con la que llega al vestuario antes de un partido.

A Messi le sigue dando igual jugar contra el Madrid o afrontar un partido como el de hoy con el Viktoria Plzen. "Si se pone nervioso, lo disimula muy bien", aseguran sus compañeros, muchos de ellos sorprendidos de verle igual de relajado antes de jugar en Wembley que cuando viaja al campo del Getafe. Indudablemente, ha ganado tablas. "Es tres años mayor que cuando le conocí y se nota", admitió Guardiola. "Los caminos de aprendizaje los haces con tus experiencias y Leo ha vivido muchas cosas y bajo presión. Ha acumulado experiencias y ha crecido en función de ellas", resumió.

Messi no es el mismo chaval con greñas que se coló en aquel Barça de Ronaldinho con 16 años. Ni en el césped ni delante del micrófono. Antes usaba monosílabos y frases hechas y ahora se explica con la misma habilidad que usa para acribillar a los rivales. Suma 196 goles en 280 partidos, 16 en los últimos 12. Si hoy marca, habrá metido al menos un gol a 50 equipos, incluidos 13 al Madrid, cuatro en un mismo partido al Arsenal o dos al Bate Borisov la primera vez que pisó en su vida Minsk. Y él, tan tranquilo.

Acaba de superar los registros de Kubala y le faltan 39 goles para igualar los 235 que metió César, pero no se agobia. "No es mi objetivo superar ningún récord. Si los marco, mejor. Pero quiero ayudar al equipo a ganar más títulos", aseguró tan tranquilo que ni se inmutó cuando le buscaron las vueltas con las comparaciones con Cristiano Ronaldo: "Eso es cosa vuestra. Yo no tengo ningún reto con Cristiano, ni mucho menos. En ningún momento miro qué hace para ser mejor ni para compararme". Tampoco entró a valorar por qué al portugués le maltratan en muchos campos donde a él le aplauden: "Me encanta que me reciban bien. Siempre estás más a gusto. Pero es normal que la gente, fuera, no te quiera como en casa", dijo con naturalidad. Y, generoso, hasta disculpó a los árbitros cuando se le recordó que no le pitan penaltis: "Son jugadas muy rápidas, difíciles de ver. Uno, en el momento, se calienta. Pero hay que ser comprensivos. Es muy difícil ver todo lo que pasa".

Lo que tiene claro Messi es que en el Barça se lo está pasando bien, justamente lo que pretende su entrenador. Guardiola explicó que su intención siempre es que los buenos toquen mucho la pelota y eso es lo que intenta con Messi: "Queremos que participe mucho. Lo demás lo hace él. Pretendemos que tenga libertad para desarrollar su talento".

Parece que lo consigue, incluso cuando decide jugar con más gente en el centro del campo. A Messi no le desagrada: "Somos más gente en el medio y está bien porque se suma otro para tener más la pelota y llegar al área contraria. Ese es nuestro juego". Será por eso que da la sensación de que cada vez juega mejor: "Pues no sé... Cada año me dicen lo mismo... ¡Qué sé yo! Me encuentro como siempre, ayudando a ganar. Ojalá siga así". Ni tampoco se inmuta cuando escucha que Pelé le mandará un vídeo para que vea cómo jugaba: "Encantado de que me lo mande para ver lo que hacía. Seguro que eran cosas grandiosas". Acto seguido, se fue a entrenarse. Tan tranquilo.