El joven juzgado por descuartizar a su madre dice que es inocente
La expareja del acusado asegura que presenció el asesinato, pero que lo encubrió porque estaba enamorada
Víctor Alarcón, de 26 años y acusado de asesinar y descuartizar en 2006 a su madre en Segur de Calafell (Baix Penedès) y luego tirar los restos en un contenedor, negó ayer ante la Audiencia de Tarragona tener algo que ver con el crimen. La versión que ofreció ante el tribunal, sin embargo, se contradice con la de la otra acusada, Gemma Olària, de 24 años y novia de Alarcón en el momento de los hechos. La mujer aseguró que Alarcón mató a su progenitora, Carolina Ortiz, y que si lo encubrió tras el asesinato fue porque estaba "enamorada".
Los acusados han cambiado de versión varias veces, inculpándose primero y después desentendiéndose de su participación en la muerte. Ayer, ante la juez, el hijo de la víctima afirmó que esta "desapareció" y que si en un primer momento confesó el crimen, fue coaccionado por la policía. Durante el juicio Alarcón se negó a contestar a las preguntas de la acusación particular. Gemma Olària, por su parte, explicó que al principio dijo ser la autora del asesinato "por amor a Víctor", pero que en realidad fue este quien mató a su madre una noche en la que estaban jugando con la videoconsola. "Ella estaba en el suelo y le decía que la dejara, que no lo iba a denunciar y que le daba todo lo que tenía; él me gritó pidiendo otra cerveza", confesó entre lágrimas la joven acusada, que negó haber ayudado a matar a la mujer. La joven pareja se había ido a vivir con la víctima tras ser desahuciados de su piso.
Olària aseguró que, tras el crimen, vio a su novio quemar una "pierna" en la chimenea y poner después los restos en la bañera. "No defendí a Carolina ni llamé a la policía porque no supe reaccionar, estaba enamorada. Hoy reaccionaría de mil maneras diferentes", sostuvo la joven, que también negó haber visto como Alarcón descuartizaba a su madre. La acusada sí admitió haber acompañado a su ex pareja a tirar los restos de la fallecida en un contenedor. "Dejamos su coche allí y volvimos en tren a casa", esgrimió Olària.
Los dos acusados estuvieron en prisión preventiva durante cuatro años; pero, debido al retraso en la instrucción judicial, están en libertad desde noviembre de 2010. La policía nunca ha encontrado el cuerpo de la víctima. El fiscal pide 20 años y 5 meses de cárcel a cada uno por los delitos de asesinato y profanación del cadáver.
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