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Miles de indignados gallegos toman la calle

La marcha congregó a manifestantes de todas las edadesLa marcha congregó a manifestantes de todas las edades

La corriente de indignados volvió a batir récords en las calles. La de Vigo fue la manifestación más numerosa, de al menos 10.000 personas que los organizadores elevaron al doble y que la Policía Local dejó en 3.000. Miles también fueron los ciudadanos que salieron a la calle en A Coruña, Santiago, Ourense, Pontevedra y en ciudades como Cangas, donde el movimiento 15-M está muy organizado. Los participantes reclamaron un "cambio global" y una "auténtica democracia que ponga fin a una "situación intolerable" en la que los poderes establecidos "actúan en beneficio de unos pocos desoyendo la voluntad de la mayoría social".

En las pancartas, lemas de todo tipo. Desde los más locales que recogían la "estafa", de las indemnizaciones multimillonarias en Novacaixagalicia hasta los clásicos: "Esto no es una crisis, es una estafa"; "más becas y menos hipotecas" y "banqueros al banquillo".

En Santiago, la plaza del Obradoiro fue parcialmente cerrada.

El argumento de que las movilizaciones ciudadanas de los últimos meses contra los abusos del sistema financiero y las carencias del político están apoyadas únicamente por jóvenes desempleados se derrumbó ayer ante cualquiera que presenciase la manifestación de Vigo. Miles de personas -cerca de 20.000, según los organizadores- algo más de 3.000, según agentes que vigilaban la marcha- desfilaron ayer por la ciudad, en una comitiva en que abundaban las cabelleras canosas. Con el lema "unidos por un cambio global", los vigueses marcharon desde la Plaza de España hasta la Puerta del Sol, un trayecto que duró dos horas y durante el que no se registraron incidentes.

Como ha sido habitual en las movilizaciones de los indignados, el lema genérico englobaba los múltiples enfados individuales de los manifestantes, que se reflejó en la variedad de cánticos, que clamaban unos contra los recortes en sanidad y otros a favor de la reforma del sistema electoral. Quienes gritaban no eran solo perroflautas y adolescentes, sino también y en proporción elevada treintañeros, cuarentones y jubilados. Abundaron las críticas a la banca ("banqueros al banquillo"), y a las últimas y controvertidas reformas del Gobierno central "se vende Estado del Bienestar; reforma constitucional igual a muerte de los derechos sociales".

La marcha empezó pasadas las seis de la tarde, con ciertos problemas con los cortes de tráfico. Los vehículos seguían accediendo al punto de origen de la manifestación cuando todavía los últimos rezagados no habían arrancado. "Estoy haciendo el trabajo de la policía", protestaba un miembro de la organización que trataba de guiar a los coches fuera de la plaza.

Cerca de la cabeza un grupo portaba un becerro dorado, forrado de billetes de 100 euros de pega. No lejos de ese punto circulaba José Antonio, ingeniero técnico en electrónica y profesor de 65 años que trató de hacer un repaso express de la necesidades de apostar por el keynesianismo cuando se le preguntaba por sus motivos para sumarse a la marcha. Junto a él, Delfín, de la misma quinta, cargaba contra los jóvenes que se quedaban en casa en vez de participar en la manifestación. "Son los jóvenes los que tenéis que pelear", clamaba, entre improperios contra banqueros y políticos.

También eran numerosas las pancartas con la esfinge de personajes históricos críticos con el poder, desde los tradicionales Marx o Ghandi a otros menos frecuentes como el otro Marx (Groucho), Saladino... o Antonio Gala. "Fuera, fuera, dictadura financiera" o "Democracia, ja, ja, ja" eran algunos de los eslóganes que coreaban los participantes y reflejaban las pancartas, en las que de nuevo volvieron a estar ausentes las proclamas de sindicatos y partidos políticos. En la cabecera, hombres y mujeres de mediana edad gritaban junto a chavales con acné y gorra de medio lado. A estos cánticos se unieron otros como "no hay pan para tanto chorizo" y "lo llaman democracia democracia y no lo es", que han adquirido popularidad desde las concentraciones de mayo.

Convocados por Attac Galicia, Democracia Real Xa y 15-M Vigo, entre otras plataformas, los organizadores volvieron a prescindir de un portavoz único para leer el manifiesto. Cuatro personas, entre ellos un anciano y un niño, recitaron parte del texto, en el que se hizo referencia a las manifestaciones celebradas ayer por todo el mundo. Antes gritaron durante un minuto "contra el malestar por una situación de corrupción política y financiera injusta e insostenible".

En A Coruña, unos 5.000 manifestantes reclamaron también un cambio global y una "auténtica democracia" para poner fin a los poderes "actúan en beneficio de unos pocos desoyendo a la mayoría social".

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