_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

NYT

David Trueba

El documental sobre la vida dentro de The New York Times titulado Page One, pretende ser mucho más ambicioso que la mera observación de cómo se fabrica un diario. Las reuniones de primera, el mejor espectáculo del mundo periodístico, tienen lugar a mitad de tarde y convocan a los redactores de cada sección para que presenten su material del día. Esa Página Uno ejemplifica la elaboración de un periódico. Pero el documental de Andrew Rossi, que aún se puede ver en el Canal Xtra, aprovecha su discurrir entre varios periodistas del NYT para explorar asuntos que conciernen al futuro del oficio.

Conocemos a uno de sus redactores estrella, David Carr, con un pasado tormentoso de adicciones y presidio, quizá excesivamente rememorado en la pieza, con esa pasión norteamericana por las anécdotas de superación. Él mantiene la fe en la prensa y el ahínco su labor. El documental asiste a la caída y bancarrota de algunas cabeceras históricas y el debate sobre si hay futuro para una empresa periodística de esa magnitud. The New York Times tuvo que afrontar sus errores de bulto en la información sobre la guerra de Irak, apegados a las fuentes intoxicadas de la inteligencia norteamericana; también al caso Jason Blayr con sus reportajes falsos; las filtraciones de Wikileaks que difundieron pese a la oposición frontal de las autoridades; y cómo no, a los fracasos financieros que le obligaron a dar entrada de nuevos inversores, como el multimillonario mexicano Carlos Slim.

Al placer de ver a gente ejercer orgullosa el periodismo riguroso, se le suma la admiración estética por el edificio de Renzo Piano. Pero quizá lo que acaba de redondear la lógica interna es el hecho de que el periódico decidiera que, en sus páginas, la crítica del documental la escribiera un periodista independiente, alejado del grupo. El elegido fue Michael Kinsley, periodista bregado de CNN y Bloomberg, que se despachó con un varapalo en toda regla donde acusaba al documental de ser un barullo absoluto y a sus principales protagonistas de seres satisfechos incapaces de criticar la propia empresa. Este código de distancia anglosajón en ocasiones provoca sanos cortocircuitos. Pero ahí está el reportaje y su caos lleno de interrogantes abiertos para disfrute de quienes aún prefieren hacerse preguntas antes que contestarlas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_