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Crítica:LA LIDIA | FRASCUELO, ESPÍNOLA Y PALACIOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cuestión de paciencia

Las banderas de México ondearon en los tendidos. Querían apoyar a unas de sus promesas, Fermín Spínola, que llega tarde para confirmar, casi a final de temporada. Sin embargo, el buen sabor de boca que dejó ayer tendría que servirle para cotizar más alto en la temporada de invierno en su país.

En Las Ventas, de todos modos, suceden fenómenos paranormales. Cualquier día viene Iker Jiménez a grabar psicofonías. No se entiende que la afición se vuelva loca pidiendo la oreja en el quinto, como si no hubiera un mañana, y que, tras negarla el presidente, hagan como si nada y vuelvan a sentarse. Le costó al torero romper a dar la merecida vuelta al anillo. No lo hizo porque sí. Antes había aguantado algún parón y dominado una embestida noble, pero con tendencia a rajarse. Puso ambición, entrega y ganas de destacar en una fecha que marca su carrera para siempre.

FRASCUELO, ESPÍNOLA Y PALACIOS

Toros de Valdefresno, correctos de presentación, nobles y justos de fuerzas.

Carlos Escolar Frascuelo: pinchazo, media estocada y un descabello, saludos tras aviso; estocada caída y dos descabellos, saludos.

Fermín Spínola, que confirmaba la alternativa: media estocada y dos descabellos, silencio tras aviso; estocada, vuelta al ruedo.

Andrés Palacios: dos pinchazos y descabello, leves pitos tras aviso; pinchazo y descabello, silencio tras aviso.

Plaza de Las Ventas. Corrida de la Hispanidad. Casi media plaza cubierta.

Frascuelo dejó su impronta y Spínola estuvo a punto de cortar una oreja

Estuvo a punto de pasar por la enfermería. Los segundos que estuvo prendido se hicieron eternos. Tuvo los reflejos de esquivar la cornada mientras el astado se lo echaba a los lomos. Tras el susto, volvió todavía con más arrojo y tesón a la cara del toro.

Otro poltergeist digno de estudio tiene que ver con el carácter del aficionado venteño. Duro con las figuras pero gustoso de sentar un pobre a su mesa. Si Carlos Escolar, entrado en los sesenta, se llamase de otra manera, no se gastaría tanta paciencia con él. Si fuese figura, le pitarían por la colocación, las dudas y los ademanes de quedarse o irse, pero como se le da crédito, todos salimos ganando. Sobre todo en el segundo de la tarde, donde, poquito a poquito, se fue haciendo con el noble enemigo, mejor por el pitón izquierdo, dejando naturales, trincherillas y pases de pecho con gusto y sabor. Frascuelo es diferente, pero Madrid también lo es con él. No estaría de más mantener la actitud de apertura de mente con otros toreros.

El caso de Andrés Palacios obedece a un extraño cambio de personalidad. Jekyll y Hyde, pasando de uno a otro como si tuviese un interruptor en el cerebro. Capaz de recibir a su primero con unas verónicas memorables y rematar casi en los medios con una media de cartel y de pasarse el resto del festejo perdido y desconfiado, con tropezones y enganchones. Se le ve al de Albacete muy lejos del novillero que tanto se parecía a Morante.

Madrid despide la temporada con este cita clásica, queda una novillada, festejo menor, el domingo. Se echa el cierre. A la capital del toreo le espera una pugna por marcar su rumbo. Las Ventas saldrá a concurso público. De momento, solo Simón Casas ha dado un paso al frente y ha anunciado su candidatura.

El torero mexicano Fermín Spínola es embestido por su primer toro.
El torero mexicano Fermín Spínola es embestido por su primer toro.CLAUDIO ÁLVAREZ

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