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Facenda rebaja el fiasco de NCG porque Galicia conserva "una entidad propia"

La oposición exige a la Xunta que ejerza sus facultades sobre las prejubilaciones

Toda la contundencia con que la Xunta exige al Banco de España que ordene la devolución de las millonarias indemnizaciones de Novacaixagalicia, se convierte en silencio a la hora de tomar la iniciativa. A la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, se lo reclamaron ayer en el Parlamento socialistas y nacionalistas. "¿Están dispuestos a impulsar la anulación de esos acuerdos o no?", le preguntó el portavoz del BNG, Carlos Aymerich. La socialista María José Caride incluso recitó las competencias de la Xunta y de su representante en la comisión de control de la caja. Currás replicó con las que corresponden al Banco de España, pero dejó sin resolver la cuestión que le planteó de forma tan directa el diputado del BNG.

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Por no implicarse, la conselleira eludió adjetivos y valoraciones respecto a las indemnizaciones de los exdirectivos, que despachó con una frase de Alberto Núñez Feijóo: "Si fuese competencia de la Xunta, el asunto ya estaría resuelto". Las prejubilaciones "fueron aprobadas por el consejo de administración, que es el órgano soberano", añadió la conselleira, que preguntó si los dirigentes socialistas que forman parte de ese órgano "no se enteraron".

La comparecencia de Fernández Currás ante el pleno del Parlamento tuvo un aire triunfalista. Pese a la decepción generalizada en Galicia, al quedar relegada NCG al 6,83% del banco asociado, la conselleira resaltó que Galicia logró tener una entidad financiera radicada en su territorio, "algo que ya querrían para sí 12 comunidades autónomas que no lo han logrado". "Galicia tendrá una entidad liderada por gallegos, radicada en la comunidad, con los centros de decisión en esta autonomía y con siete de los miembros del consejo de administración de origen gallego", presumió.

Para Currás, el problema de lo sucedido no tiene que ver con la fusión, sino con la valoración que el fondo del Banco de España, el FROB, hizo de los activos de Novacaixagalicia. La Xunta, argumentó, "hizo lo que tenía que hacer", pero los "bandazos normativos" del Gobierno y una valoración realizada "en el peor momento" redujeron NCG a menos del 7% del banco.

Esta afirmación dista mucho del triunfalismo con que Feijóo anunció el pasado 15 de septiembre la valoración de Novacaixagalicia, cuando, supuestamente tras la amenaza de veto de la Xunta, "se lograse incrementar en un 60% la participación de la caja en el banco al pasar de entre el 9% y el 10% que manejaba inicialmente al entorno del 15%". En la intervención de la conselleira, ayer, la autorización de la comunidad autónoma ese decisivo día era "totalmente reglada, y no discrecional", aunque, eso sí, "se lograron adicionalmente algunas mejoras, como opciones a favor de la caja".

El portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy, no llegó tan lejos como la conselleira en su triunfalismo, pero incidió en la misma tesis de que la fusión era la única vía posible ante la situación de las dos antiguas cajas. En lo que sí superó a Fernández Currás fue en la interpretación del resultado, a la que se refirió ante la Cámara como "expolio, saqueo, desamortización o lo que ustedes quieran". También se atrevió a adjetivar las indemnizaciones de los exdirectivos, igualmente parafraseando a Feijóo: "Son irreales, indecentes y hay que devolverlas". No explicó cómo.

Los grupos de la oposición pidieron sin éxito del PP que facilite una comisión de investigación sobre lo ocurrido con la caja. Caride acusó a Feijóo de conocer y permitir las millonarias indemnizaciones mediante "un pacto", y leyó la normativa sobre la comisión de control de la caja y sobre las competencias de la Xunta, a la que corresponde "ejercer las funciones de inspección, sin perjuicio de las que correspondan al Banco de España". Esas prejubilaciones, afirmó Aymerich, son "el salario de la traición", que autorizaría la Xunta para que los antiguos directivos de las cajas permitieran el "saqueo" del ahorro de los gallegos.

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