Una condena obliga a un pueblo navarro a limpiar pintadas a favor de etarras
La titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Pamplona ha dictado una sentencia, que puede ser recurrida, en la que obliga al Ayuntamiento de Arbizu (1.060 habitantes) a borrar las pintadas y retirar las pancartas y fotografías de presos de ETA.
El recurso sobre el que se ha pronunciado la juez de Pamplona fue presentado por la Abogacía del Estado en la comunidad foral ante la "inactividad" del consistorio frente a esas expresiones de apoyo a etarras a través de las pintadas, pancartas y fotografías.
El Ayuntamiento de Arbizu, localidad situada al noroeste de Navarra, está gobernado por Jesús María Mendinueta, de la agrupación independiente Arbizuarron Hitza, la única candidatura que se presentó en las últimas elecciones municipales del 22 de mayo tras la decisión de Bildu (la coalición promovida por Batasuna con la participación de Eusko Alkartasuna y Alternatiba) de no concurrir por esa localidad.
Mendinueta también fue alcalde de esta localidad, de apenas 1.060 habitantes, desde 2007, cuando se presentó en la lista de ANV, formación que fue ilegalizada por los tribunales tras dejar que la mitad de sus candidaturas pudieran presentarse a las elecciones de 2007.
Simbología
En la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Pamplona, la magistrada estima "en lo sustancial" el recurso de la Abogacía del Estado por la "inactividad administrativa" del consistorio ante pintadas y pancartas de simbología terrorista, y señala que se trata de "una actuación disconforme a Derecho". En cualquier caso, recalca, es obligación del consistorio "prestar el servicio de limpieza viaria".
El fallo da cuenta de hasta cuatro requerimientos realizados por parte de la Guardia Civil a lo largo de 2009 a los responsables municipales para que retiraran esas pintadas. La respuesta del Ayuntamiento fue un acuerdo aprobado en pleno en el que se consideró que la petición conllevaba "un gasto importante" y podría implicar "intromisión en propiedades privadas", por lo que decidió solicitar un informe jurídico. Mientras, la simbología terrorista persistía.
El pasado abril, la fachada de la iglesia de la localidad amaneció con un anagrama de ETA de unos cuatro metros de alto.
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