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Reportaje:BREAKINGVIEWS

El candidato impreciso

Los objetivos de Rajoy están claros; no tanto su puesta en práctica

En cierto sentido, Mariano Rajoy responde al estereotipo de su Galicia natal. Según dicen, es gente difícil de interpretar: cuando ves a un gallego en una escalera, nunca sabes si sube o baja. El que probablemente será el próximo presidente del país no es tan críptico: su programa está claro. Lo que no lo está tanto es cómo piensa ponerlo en práctica. Los votantes deben adivinar si dicho programa será rápido y radical o si se tomará su tiempo con medidas tímidas.

Esto puede tener sentido desde un punto de vista político. Aunque reconoce que los próximos años serán duros, por ahora Rajoy se ciñe a unos objetivos generales con los que todo el mundo puede estar de acuerdo: reformar el sector financiero, crear puestos de trabajo, reducir el despilfarro en los Gobiernos regionales y mejorar la educación. Asustar al electorado con propuestas drásticas podría hacerle perder los votos necesarios para obtener una mayoría absoluta en el Parlamento. A pesar de tener una ventaja de 15 puntos en los sondeos, sabe que no debe dar nada por sentado.

Acerca de la reforma del sector económico, el Partido Popular de Rajoy dice que los bancos deben sanear sus balances generales para hacer fluir el crédito. Pero ¿equivale eso a incrementar las provisiones para los préstamos de riesgo o la creación de otro banco dudoso con otra ronda de recapitalización utilizando fondos públicos? En cuanto a la reforma laboral, ¿propondrá el PP un único contrato de trabajo, aunque esto puede que signifique agravar el desempleo a corto plazo, o se centrará primero en descentralizar las negociaciones salariales? ¿Y hasta dónde llegará la reforma?

¿Cómo abordará los inasequibles costes energéticos de España? ¿Y cómo puede Rajoy poner firmes a las comunidades autónomas sin recortes sociales?

El riesgo que corre si sigue mostrándose impreciso es que decepcionará a los votantes que no consideren necesario un plan de reforma radical o a los que sí lo hagan. En su biografía, Rajoy se describe como "muy prudente" y perfeccionista. A lo mejor es esta la razón de que no intente hablar en inglés, pese a que lleva "algún tiempo" estudiando ese idioma varias horas por semana. En muchos sentidos, esos son rasgos loables, pero sacar a España del agujero requiere decisiones valientes. La esperanza es que las tome. La preocupación es que se demore.

Mariano Rajoy saluda a los militantes del PP durante la convención nacional del partido, celebrada este fin de semana en Málaga.
Mariano Rajoy saluda a los militantes del PP durante la convención nacional del partido, celebrada este fin de semana en Málaga.CARLOS DÍAZ (EFE)

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